La entrega de regalos y dádivas durante las campañas electorales no es una práctica nueva en Honduras, ni en Centroamérica, pero su persistencia y la magnitud actual llaman la atención sobre la necesidad de reforzar los mecanismos de control y fiscalización. La ciudadanía demanda procesos electorales justos y transparentes, donde la competencia se base en propuestas y capacidades, no en el "talento" de ofrecer obsequios.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Tegucigalpa, Honduras
En pleno silencio electoral en Honduras, muchos precandidatos siguen hablando de sí mismos, dando regalos o repartiendo fondos estatales. Prueba de ello son los congresistas del Poder Legislativo, Luis Rolando Redondo Guijarro y José Manuel Rodríguez Rosales, ambos miembros del partido Libertad y Refundación (LIBRE). El miércoles 05 de marzo de 2025 organizaron un peculiar encuentro entre adultos mayores y personas con diversas discapacidades en la entrada principal del Congreso en Tegucigalpa. Tras varias horas haciendo fila, bajo el inclemente Sol, unas 1,5000 personas recibieron 2,000 lempiras cada una. Unos tres millones de lempiras repartidos a quienes llegaron con un "bono".
"Un señor de la prensa decía que yo soy ladrón. Pero aquí estamos, entregando el dinero a los pobres. Yo nunca he tomado dinero", dijo Rodríguez Rosales desde el parlamento, sin detallar de dónde provenían los fondos y el criterio exacto para la distribución.
A medida que se acercan las elecciones primarias en Honduras, el despliegue de recursos por parte de las y los precandidatos ha sido tan llamativo como preocupante. Desde la entrega de motocicletas y cabezales en televisión abierta hasta la distribución masiva de alimentos y bienes de consumo, la campaña electoral se ha convertido en una competencia de quién gasta más, mientras que la transparencia y el cumplimiento de las normativas de financiamiento siguen siendo puntos críticos. "Acá vinieron los de Libertad y Refundación (LIBRE) y los del Partido Nacional (PNH) a ofrecer bonos por asegurarse unos votos, y si no se los aceptabas pueden amenazarte", declaró una habitante de Siguatepeque.
En la carrera por captar la simpatía del electorado, los precandidatos han recurrido a prácticas que rozan la compra de votos. Se han reportado casos de entrega de más de 10 motocicletas, un cabezal, bolsas de pan dulce (semitas) y centenares de platos de comida preparada, como baleadas, pollo asado y arroz chino. Estas acciones, aunque no ilegales en sí mismas, reflejan el uso de recursos de origen muchas casi que desconocido para captar el apoyo de la población.
Los actos de generosidad de los aspirantes a cargos de elección popular, particularmente en los niveles presidencial, legislativo y municipal, contrastan con la falta de transparencia en el origen de los fondos utilizados. La Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización (UFTF), entidad encargada de vigilar el uso de dinero en campañas políticas, ha sido enfática en señalar que la gran mayoría de las y los precandidatos han incumplido con la normativa que obliga a registrar sus ingresos y egresos en cuentas bancarias oficiales.
Apenas el 30 % de las y los precandidatos ha cumplido con la ley
El comisionado presidente de la UFTF, Vladimir Mendoza, advirtió que se impondrán sanciones a aquellos precandidatos que no hayan aperturado sus cuentas bancarias, como lo establece la legislación hondureña. Mendoza detalló que las multas oscilan entre cinco y 105 salarios mínimos y que, en casos de indicios de delito, los expedientes serán trasladados al Ministerio Público (MP).
"Las sanciones serán aplicadas conforme a la ley. Si no presentan la documentación en tiempo y forma, todos los expedientes donde se encuentren indicios penales serán trasladados al Ministerio Público y todo será publicado en los portales de transparencia", enfatizó Mendoza.
Al cierre del período de inscripción de cuentas bancarias, apenas el 21 % de los precandidatos había cumplido con la normativa. Actualmente, la cifra sigue siendo alarmante: 30 % ha acreditado sus cuentas ante la UFTF, dejando abierta la posibilidad de que se utilicen recursos de origen desconocido en el proceso electoral del domingo 09 de marzo y en noviembre próximo.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), las campañas políticas en Honduras pueden movilizar sumas exorbitantes de dinero. La comisionada de la UFTF, Ivonne Ardón, explicó que el techo de gasto para los precandidatos presidenciales es de 505 millones de lempiras. Para diputados y alcaldes, el límite de financiamiento varía según el número de electores en cada departamento y municipio. "Si los precandidatos presentan un informe y no acreditaron una cuenta bancaria, ya abrieron una brecha para generar suspicacia. No sabemos el origen de los fondos que se invierten en campaña. Tiene que haber una justificación y un respaldo de dónde se financiaron", advirtió Ardón.
Ya más de 50 millones de lempiras se han gastado las y los precandidatos en concepto general de publicidad, y 27 millones de lempiras en concepto de publicidad en medios de comunicación, según el más reciente informe de la UTFT. Del 18 de enero al 18 de febrero, es decir, en solo un mes, se gastaron poco más de 56 millones de lempiras solo en publicidad de radio, televisión, prensa escrita y las inversiones en redes sociales digitales. Falta cuantificar la publicidad en exterior, entre ellas las vallas, cruza calles, gorras, camisetas, papeletas, sticker y "todo aquello que ha utilizado el precandidato para captar la atención del elector".
Por ejemplo, Juntos Por el Cambio, movimiento del Partido Liberal de Honduras (PLH) encabezado por el diputado legislativo y precandidato presidencial Jorge Luis Cálix Espinal ha invertido 12 millones de lempiras solo en publicidad en los medios tradicionales y no convencionales. La ministra de Defensa y presidenciable del oficialista LIBRE, Rixi Ramona Moncada Godoy, ha gastado nueve millones y tanto. 4.5 millones de lempiras ha desembolsado el movimiento de Nasry Juan Asfura Zablah desde el Partido Nacional.
No obstante, solo 3,100 cuentas se han aparturado, según la UFTF. De esas, reportadas ante la unidad de fiscalización solamente solo hay un 27 % del total en el sistema financiero nacional. Más de 3,000 precandidatos entonces estarían incumpliendo la ley, sin registrar ni sus cuentas ni su responsable financiero, a solo dos días de los comicios internos del domingo 09 de marzo de 2025.
Por otro lado, el voto ciudadano recibido por cada partido político en la contienda primaria (LIBRE, PNH, PLH) representa 43 lempiras en la deuda política que se le debe pagar a la entidad.
El CNE y la UFTF han implementado una triangulación de información con el Registro Nacional de las Personas (RNP) para determinar los límites de financiamiento. Sin embargo, la falta de voluntad de las y los precandidatos para acatar las normativas sigue siendo un obstáculo para garantizar la transparencia.
Un aspecto alarmante en el actual proceso electoral es la presencia de al menos 22 aspirantes a diputados que participaron en las elecciones generales de 2021 y que, a pesar de haber sido sancionados por no presentar sus informes financieros, nuevamente buscan un escaño en el Congreso Legislativo, probablemente incumpliendo la ley, otra vez.
De acuerdo con información solicitada por el medio de comunicación independiente Criterio.hn a la UFTF, 478 candidatos a diputados fueron sancionados en el proceso electoral de 2021 por no rendir cuentas. De estos, 22 vuelven a postularse, desafiando las normativas y poniendo en duda el verdadero alcance de las sanciones impuestas.
Entre los casos más notorios destaca Mario Suazo Lara, actual subdirector del Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados y Funcionarios del Poder Ejecutivo (INJUPEMP), quien busca nuevamente una curul en el Congreso. Otro precandidato con antecedentes cuestionables es Mauro Antonio Romero Carías, quien no solo ha evadido la rendición de cuentas, sino que ha sido acusado de lavado de activos, siendo favorecido por un Juzgado de Letras con medidas distintas a la prisión.
A pesar de los escándalos y la falta de transparencia, los precandidatos cerraron sus actividades proselitistas utilizando discursos cargados de promesas y confrontación política. Analistas consultados por COYUNTURA coincidieron en que la campaña se ha centrado más en ataques mediáticos y disputas internas que en propuestas concretas para resolver los problemas del país.
Rixi Moncada, Jorge Cálix y Salvador Nasralla, también del PLH, por ejemplo, aprovecharon el último fin de semana para reforzar su imagen ante las y los votantes, con bailes y derroche de simpatía. No obstante, el analista Filadelfo Martínez advirtió que la retórica política ha estado marcada por la confrontación y la falta de soluciones reales. "Ha sido una campaña gris, sin propuestas de fondo. En el Partido Nacional, Nasry Asfura mantiene una imagen de hombre trabajador, pero su candidatura depende de pactos que desconocemos. En LIBRE, Moncada utiliza un discurso confrontativo que no necesariamente representa las necesidades del pueblo hondureño", señaló. Por su parte, el especialista Lester Ramírez indicó que "la población está cansada de los discursos vacíos. La oposición debe ofrecer una narrativa de esperanza y diferenciarse del oficialismo con propuestas concretas".
El actual proceso electoral en Honduras deja muchas preguntas sin responder. Mientras los precandidatos derrochan millones en regalos y actividades proselitistas, la falta de transparencia en el financiamiento de campañas sigue siendo un problema estructural. La UFTF y el CNE han intentado implementar controles, pero la falta de voluntad de los aspirantes y la debilidad institucional han convertido la normativa en letra muerta.
El 09 de marzo, Honduras celebrará sus elecciones primarias en un contexto de incertidumbre, donde el dinero en política sigue siendo un terreno fértil para la corrupción y la impunidad. La gran incógnita es si, tras la jornada electoral, las sanciones anunciadas por la UFTF serán aplicadas con rigor o si, una vez más, los incumplimientos quedarán en el olvido.
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