La muerte de una ballena encontrada en una playa de Nicaragua debe poner el centro de atención en los desafíos ambientales que enfrenta el país centroamericano. Los expertos advierten que la muerte de estos mamíferos tiene implicaciones no solo para la biodiversidad, sino también para la salud humana y la economía local. Además, la negligencia alrededor de este último caso ilustra la desprotección de los ecosistemas marinos en los 910 KM de costa.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
El Viejo, Chinandega, Nicaragua
La noche del sábado 22 de abril, en la playa Nahualapa, en el municipio de El Viejo del departamento de Chinandega, Nicaragua, una megaptera novaeangliae, mejor conocida como ballena jorobada, fue encontrada sin vida, en la zona cerca al casi extinto estero natural. Según información del Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (MARENA), el cetáceo medía 13 metros de largo y 3.39 metros de diámetro. Fue enterrado horas después por las autoridades.
No obstante, según denuncian locales, fue sepultada de forma negligente a poca profundidad en la arena. Los expertos advierten que la falta de una evaluación adecuada de la causa de la muerte de la ballena y la forma desidiosa en que fue enterrada podrían tener implicaciones negativas para la salud humana y el medio ambiente.
La muerte de ballenas en las costas de Nicaragua es un problema recurrente que está directamente relacionado con los desafíos ambientales más amplios que enfrenta el país centroamericano. Las posibles causas de la muerte de las ballenas incluyen la contaminación, la pesca excesiva, la colisión con barcos o peleas con otros cetáceos. La protección y gestión sostenible de los hábitats es esencial para garantizar la supervivencia de las ballenas y otros organismos marinos.
Esta última ballena encontrada sin vida en la costa nicaragüense es un llamado de atención para la necesidad urgente de proteger y gestionar de manera sostenible los ecosistemas marinos del país, e incluso para exigir la diligencia de estas situaciones de forma más efectiva y consciente, tanto para los seres humanos como para el planeta y sus otros habitantes.
Es necesario que las autoridades y la sociedad trabajen juntas para implementar prácticas pesqueras sostenibles, reducir la contaminación y mitigar los efectos del cambio climático en la región. Solo así se puede garantizar la supervivencia de las ballenas y otra fauna, así como el bienestar económico de las comunidades locales en todo el territorio.
En lo que respecta a las ballenas, son mamíferos marinos que tienen su propio ecosistema en el océano. Se alimentan principalmente de krill y otros pequeños organismos, y migran grandes distancias cada año entre sus áreas de alimentación y de reproducción. Los cetáceos juegan un papel importante en el ecosistema marino al transportar nutrientes a través del océano, aunque también son un importante atractivo turístico en muchas partes del mundo.
Nicaragua tiene una costa de 910 KM y una amplia zona marítima que incluye varios ecosistemas marinos, abarcando arrecifes de coral, manglares, estuarios y zonas específicas de pesca.
La situación de las ballenas y mamíferos marinos ha sido motivo de atención en diferentes ocasiones. El avistamiento de un delfín en abril de 2022 frente a Corinto se hizo viral, mientras que en septiembre de 2017 una ballena muerta apareció en la Reserva Natural Padre Ramos (Pacífico) y fue sepultada en el lugar con maquinaria pesada de la alcaldía local. La falta de atención y la negligencia en torno a la muerte de estos animales es preocupante, y comunidades locales se han quejado del hedor y de los restos en más de una ocasión.
En 1995, una ballena muerta de 18 metros fue enterrada en la costa frente al Restaurante Suyapa en la playa Las Peñitas de León, y en años anteriores, delfines y ballenas han sido encontrados muertos en Pochomil (León) y Tola, Rivas. Estos eventos ilustran la vulnerabilidad de los ecosistemas marinos en Nicaragua y la necesidad de medidas de protección más efectivas para estos mamíferos marinos.
Es importante que las instituciones gubernamentales y organizaciones ambientales trabajen juntas para desarrollar estrategias efectivas de conservación y protección de los ecosistemas marinos de Nicaragua y sus especies marinas, incluyendo a las ballenas y otros mamíferos que habitan en ellos.
También son necesarias medidas cómo:
Establecer áreas protegidas y santuarios de vida silvestre para los cetáceos y otros animales marinos.
Promover prácticas pesqueras sostenibles y reducir la contaminación en los océanos y las playas.
Educar a las comunidades locales sobre la importancia de los ecosistemas marinos y los mamíferos que los habitan.
Fomentar el turismo responsable que respete a los animales y su hábitat natural.
Monitorear y evaluar regularmente la salud de los ecosistemas marinos para detectar cualquier problema y tomar medidas correctivas.
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