La Redacción de COYUNTURA analizó uno a uno los cambios impuestos por el sandinismo a la Constitución Política con la mega reforma que Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo presentaron el martes 19, aprobada hoy, viernes 22 de noviembre de 2024 de forma unánime en el Legislativo. Acá los detalles de lo qué dice la "nueva" Carta Magna nicaragüense, versus la última edición -de agosto de este año-, para finalizar un maratón de reformas legislativas iniciado en el año 2014 e intensificado en agosto de 2023.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
En el corazón de Centroamérica, una nueva Constitución emerge como el símbolo de un futuro más oscuro para Nicaragua. Bajo la mano férrea de Daniel Ortega y su esposa y comandataria Rosario Murillo, el país institucionaliza desde hoy un régimen familiar de poder absoluto que destruyó por completo los principios básicos de la democracia y las libertades planteadas por el Sistema Interamericano, según la Organización de los Estados Americanos (OEA). "El documento de la 'reforma' es ilegítimo en la forma y el contenido, constituye meramente una aberrante forma de institucionalización de la dictadura matrimonial en el país centroamericano y es una agresión definitiva al Estado de Derecho Democrático", dijo dicho órgano al respecto de la gran reforma constitucional, aprobada este viernes 22 de noviembre de 2024 desde la Asamblea Legislativa en Managua, con los 91 votos parlamentarios.
Ese texto, al que tuvo acceso esta Redacción, es por mucho un manifiesto político, partidaria y familiar que elimina la separación de poderes, restringe derechos fundamentales y perpetúa un modelo de sucesión dinástica sin precedentes en América, moldeado desde hace varios años con la complacencia y complicidad de quienes todavía se hacen llamar oposición en el parlamento, el Ejército de Nicaragua, los grandes empresarios y los países centroamericanos. El nuevo documento no solo concentra todo el poder en manos del Ejecutivo, ahora representado en dos copresidencias y con un año más de período de gobierno, sino que redefine al país como un Estado "revolucionario, socialista y cristiano", borrando la pluralidad ideológica, religiosa, cultural y política de un plumazo. Cada cambio en la Constitución refleja otro paso a la extensión de un modelo autoritario sin contrapesos, donde la democracia y las libertades individuales quedaron ya relegadas a un pasado distante.
Los partidos políticos en Nicaragua ahora están obligados a incorporar al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como una entidad histórica de referencia en sus estatutos y directrices. Las y los trabajadores ya no "tienen derecho de participar en la gestión de las empresas, por medio de sus organizaciones y de conformidad con la ley". Además, el Estado ya no está obligado a "impulsar proyectos público-privados, que faciliten, regulen y estimulen las inversiones de mediano y largo plazo necesarias para el mejoramiento y desarrollo de la infraestructura, en especial, energética, vial y portuaria". En este reportaje, COYUNTURA presenta un análisis periodístico exhaustivo de los cambios impuestos, desde el preámbulo hasta el último artículo, para desentrañar cómo esta reforma consolida la primera monarquía política en la historia reciente de la región.