La política de desnacionalización implementada por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo no solo ha generado condenas internacionales, sino que también ha llevado a un éxodo forzado de ciudadanos que buscan refugio en otros países ante la persecución política y la violación de los derechos humanos en Nicaragua. La oferta de nacionalización por parte de algunos países receptores, como España, ha sido una respuesta humanitaria frente a la situación de las y los afectados. Y como buen sandinista, Ortega se ha burlado de ello.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
Managua, Nicaragua
El dictador sandinista Daniel Ortega, mandatario de Nicaragua desde el año 2007, reapareció en un acto oficial para conmemorar el nonagésimo aniversario del asesinato de Augusto César Sandino, después de 56 días de ausencia de la esfera pública. En su discurso polémico, Ortega se burló de los 317 nicaragüenses a quienes despojó de su nacionalidad, convirtiéndolos en "apátridas" en el año 2023. Durante el evento, el mandatario parafraseó el "Manifiesto de San Albino", escrito por Sandino en el año 1927, para justificar sus acciones y lanzar comentarios despectivos hacia aquellos que buscaron refugio en otros países, especialmente en los Estados Unidos de América (EE.UU.) y España. La burla hacia las y los apátridas comenzó al referirse a Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro, figuras políticas de inicios del siglo XX, comparándolos con aquellos que perdieron su nacionalidad bajo su régimen. "Dejaron de ser nicaragüenses, como esos que han dejado de ser nicaragüenses y están ahora en EE.UU.; ahora son yanquis, se deben sentir muy contentos de ser yanquis", expresó Ortega con una sonrisa retorcida en su rostro. El auditorio, lleno de policías, militares y Juventud Sandinista (JS), se regocijó con dichas palabras.
De manera irónica, el líder nicaragüense continuó ridiculizando a los afectados, señalando que algunos se encuentran en España y ahora "se sienten españoles, muy contentos de ser españoles, hasta ya deben hablar como españoles", imitando incluso el acento español durante su alocución. Cabe destacar que entre mayo de 2023 y enero de 2024, España otorgó la nacionalidad a 110 de las y los ciudadanos convertidos en "apátridas" por orden de Ortega.
Por otro lado, la ausencia prolongada de Ortega en actos públicos generó especulaciones y preguntas sobre su estado de salud y liderazgo durante las últimas semanas y en lo que va de este año. Su última aparición pública había sido el miércoles 27 de diciembre de 2023, y su regreso en el velorio de Marianne Antoinette Maymi de Lacayo, esposa de su antiguo asistente personal Federico Lacayo Álvarez, no proporcionó imágenes oficiales, lo que alimentó aún más las dudas.
El evento de este miércoles 21 de febrero en el Olof Palme de Managua, sin embargo, no solo marcó el retorno del dictador ante las cámaras del oficialismo, sino que también sirvió como plataforma para justificar su controvertida decisión de despojar a 317 opositores de su nacionalidad en 2023. Ortega calificó a estos individuos como "traidores" y "vendepatrias" durante el acto de conmemoración del asesinato de Augusto Sandino.
En febrero de 2023, la administración de Ortega y Murillo excarceló y expulsó a Estados Unidos de América a un grupo de 222 opositores, a quienes también se les despojó de su nacionalidad y bienes. Posteriormente, otro grupo de 94 activistas, abogados, políticos, defensores de derechos humanos y dueños de medios de comunicación corrieron la misma suerte. Incluso el obispo monseñor Rolando Álvarez fue encarcelado y despojado de su nacionalidad en ese mismo año, optando por la cárcel en lugar del exilio, hasta que fue deportado al Vaticano junto a otros religiosos católicos.
Evento oficialista en Nicaragua, el miércoles 21 de febrero de 2024 | Fotografías de Diario Barricada y El 19 Digital:
España, entre otras naciones, abrió sus puertas a las y los despojados, concediendo la ciudadanía a destacadas figuras como los escritores nicaragüenses Sergio Ramírez y Gioconda Belli, ambos críticos acérrimos de Ortega y participantes activos en la insurrección popular contra el régimen de Anastacio Somoza.
La comunidad internacional, representada por organismos de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidad (ONU), EE.UU. y la Unión Europea (UE), condenaron enérgicamente la medida tomada por Ortega, imponiendo sanciones a jerarcas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Estas acciones han contribuido a un aislamiento creciente del régimen nicaragüense en la arena internacional, aunque Ortega se rehúsa a estar solo y busca constantemente apoyo en otros regímenes del mundo.
A sus 78 años de edad y con más de 17 años consecutivos en el Poder Ejecutivo, Daniel Ortega Saavedra ha reducido significativamente sus apariciones públicas, limitándose a eventos selectos como aniversarios, graduaciones y eventos protocolarios. Su estilo de liderazgo autoritario y la represión ejercida por las fuerzas policiales y militares bajo su mando han generado críticas y condenas a nivel global, evidenciando una escalada en la violación de los derechos humanos en Nicaragua, que no para.
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