El mes patrio de este 2023 fue, por mucho, el mes más "movido" para el mandatario sandinista de Nicaragua, dentro y fuera del territorio, con el mayor número de apariciones públicas en un lapso de 30 días. No obstante, el dictador de lo que menos habló fue de patriotismo y de los problemas que agobian a la ciudadanía del país centroamericano mientras la región y el mundo intentan avanzar -y están en conflicto-, y cuando las políticas públicas y la diplomacia de las naciones vecinas pende de un hilo.
PorJairo Videa y Juan Daniel Treminio | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
Conocido por su hermetismo, su pobreza léxica, sus ataques constantes a países desarrollados o a la iglesia católica, y su elocuente lenguaje no verbal ante sus aliados e invitados, el dictador sandinista Daniel Ortega dejó un rastro de señales inquietantes a medida que protagonizó siete apariciones públicas en solo un mes, un número particularmente llamativo para un líder que generalmente tiende a restringir sus apariciones a un mínimo de dos al mes, según una documentación realizada por la Redacción de COYUNTURA. Septiembre rompió ese esquema y se convirtió, no en el mes patrio, sino en el mes de las chifletas, las lealtades, los desfiles castrenses y un segundo viaje internacional este año: a Cuba.
La información sistematizada por el equipo de este medio permite detallar que julio, considerado por el oficialismo como el "mes victorioso", fue el período corto en el que menos ocasiones apareció el mandatario sandinista junto a su convoy familiar, institucional y policial en lo que va de 2023. Ortega y su esposa Rosario Murillo solo se aventuraron fuera de su retiro en El Carmen, en Managua, una vez dicho mes, específicamente el miércoles 19 de julio, para conmemorar el 44 aniversario de la Revolución Ciudadana de 1979, de la que ahora el sandinista se autoproclama líder absoluto, teniendo así la potestad de celebrar cómo y cuándo guste.
El mandatario nicaragüense y su aparato estatal han recibido las visitas oficiales de religiosos evangélicos como "Cash" Luna, comitivas especiales de China y altos funcionarios de otros regímenes dictatoriales en varios momentos del año en curso, como el encargado de las Relaciones Exteriores de Irán, Amir Abdollahian, en febrero, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, en abril, y el mandatario de Irán, Ebrahim Raisí, en junio. No obstante, ninguno de esos meses fue tan movido para Ortega como septiembre. Fue como si el comandante hubiera roto sus propias cadenas y se aventurara fuera de su casa más veces que nunca, como si de repente un pájaro enjaulado hubiera encontrado la puerta abierta y volara libremente por Managua -y La Habana-.
Septiembre, el mes para salir de casa
La profusión de eventos el mes de septiembre comenzó con la celebración del 44 aniversario del Ejército el lunes 04 con el acto central en la Plaza de la Revolución, para continuar al siguiente día con el desfile militar "Pueblo-Ejército", que tuvo como objetivo principal revivir las lealtades del comandante en jefe del cuerpo militar de Nicaragua, Julio César "El Chele" Avilés. La semana siguiente ocupó dos días de la agenda de Ortega y su equipo, el lunes 11 y el martes 12, para celebrar junto al consuegro del sandinista, Francisco Díaz, director general de la Policía Nacional, el también 44 aniversario del cuerpo policíaco, al que ahora llaman sin pudor "Policía Sandinista", luego de que a inicios de julio de este año la dictadura Ortega-Murillo consolidara su control total sobre el órgano armado con una reforma ilegal a la Constitución Política.
Ambos desfiles, y el evento policial el 11 de septiembre -en el que Ortega subrayó la labor de las fuerzas armadas de Rusia en la represión estatal contra la ciudadanía y la oposición desde abril del año 2018, con la condecoración del coronel general ruso Oleg Anatolyevich Plokhoi-, se llevaron a cabo en el mismo lugar: la avenida de Simón Bolívar a Hugo Chávez en la capital nicaragüense. Con el mismo guión, la misma retórica y casi que los mismos invitados. En un escenario que ha sido testigo de múltiples actos del régimen a lo largo de los años, para evocar una imagen de estabilidad y control, y un mensaje claro de que el poder militar y policial está alineado, cohesionado por el líder sandinista, a pesar de las evidentes rupturas y la crisis interna desencadenada por las sanciones contra funcionarios e instituciones sandinistas.
Los días 14, 15, y 16 de septiembre también ocuparon espacio en la agenda del caudillo septuagenario. Primero, el jueves 14 de septiembre, Ortega y sus súbditos se instalaron en la misma esquina de la avenida capitalina para apreciar un desfile escolar, encabezado por las y los mejores estudiantes de educación secundaria en el país centroamericano, en saludo al 167 aniversario de la histórica Batalla de San Jacinto, y, a su vez, para conmemorar el 202 aniversario de la independencia centroamericana.
La cúspide de las apariciones de septiembre para la principal estrella del sandinismo nicaragüense llegó el viernes 15 de septiembre, Día de la Independencia de Centroamérica, cuando Ortega optó por abandonar Nicaragua e instalarse unas horas en la isla comunista de Cuba. Este movimiento, contradictorio a la esencia misma de la fecha, llevó consigo una carga simbólica importante. La elección de Cuba como destino para la efeméride no es casualidad. Fue un movimiento para reforzar la posición de la administración orteguista como un régimen con inclinaciones autoritarias y socialistas -ahora excusadas en la socialdemocracia-, al encontrarse con otros sistemas de la misma calaña en la Cumbre del G77 con China.
Ahí, Ortega recibió el apoyo de la mandataria hondureña Xiomara Castro, y abogó por la solidaridad entre regímenes para enfrentar las sanciones de los Estados Unidos de América (EE.UU.) y otras administraciones democráticas, como la Unión Europea y Canadá, a pesar de haber protagonizado durante la misma semana conflictos públicos con homólogos como Gustavo Petro de Colombia y Gabriel Boric de Chile, con insultos y acusaciones de por medio.
No obstante, lo que más relució del comandante no fueron sus chaquetas Members Only, valoradas en 2,800 dólares estadounidenses, aunque el mandatario incluso estrenó una nueva color verde olivo durante el desfile del Ejército de Nicaragua. Estas apariciones lo que subrayaron es que Ortega y su administración siguen empecinados en blindarse narrativamente, y con las fuerzas armadas. El sandinismo se arrincona cada vez más, atacando a quienes denuncian las constantes violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, alejándose al mismo tiempo de los vecinos geográficos, pero empecinado en alinearse con otros regímenes mundiales, con guerras y conflictos armados de por medio.
Y, queramos o no, lo que Ortega dice sigue teniendo impacto.
Las declaraciones del dictador de Nicaragua, en las que critica a Estados democráticos y se alinea con regímenes autoritarios como Irán, China, Rusia, Venezuela, Cuba y Corea del Norte, generan cada vez más preocupación a nivel internacional. Estas afirmaciones aumentan el aislamiento diplomático para el país centroamericano, y pueden implicar más sanciones internacionales y la pérdida de apoyo financiero y la poca cooperación que queda. Además, la polarización política en el país se intensifica cada vez más alrededor de temas ideológicos y democráticos, y la administración sandinista refuerza su control interno en respuesta a la presión externa, lo que siempre tiene consecuencias negativas para los derechos humanos y la democracia en Nicaragua.
En ese sentido, analizamos las declaraciones del sandinista durante el mes de septiembre, cuando fue toda una estrella frente a las cámaras, en la búsqueda de sistematizar lo qué dice, entender para qué lo hace y qué tanto lo repite.
Ortega, de discurso en discurso
Acto del 44 aniversario del Ejército de Nicaragua 04 de septiembre de 2023 en Managua
El lunes 04 de septiembre de 2023, el dictador-comandante Daniel Ortega pronunció un discurso en el Acto Central en Conmemoración del 44 Aniversario de la Fundación del Ejército de Nicaragua. En su intervención, Ortega celebró el reconocimiento recibido por la CFAC (Conferencia de Fuerzas Armadas Centroamericanas) y destacó la importancia de la integración regional en un contexto global de cambio y cooperación. Subrayó el interés de su administración en buscar un lugar en el nuevo orden mundial a través de la coalición BRICS y la "lucha por la paz" en un mundo multipolar, criticando la "difamación" y la "agresión imperialista".
El discurso también hizo hincapié en la complejidad de los conflictos internacionales actuales, incluida la crisis en Ucrania y la confrontación entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Federación de Rusia. Ortega destacó la importancia de la solidaridad internacional y la búsqueda de soluciones pacíficas, especialmente en un momento en que las inversiones en armamento podrían destinarse a combatir el hambre y la pobreza, a pesar de que en Nicaragua el Ejército y la Policía Nacional son dos de los órganos más beneficiados por los aumentos presupuestarios de Ortega en los últimos años. Señaló la necesidad de un mundo "más equitativo" y la importancia de proteger el medio ambiente, sin mencionar en algún momento la pérdida histórica del 22 % del bosque nacional, las casi 70 concesiones mineras que funcionan actualmente en Nicaragua y el asesinato de al menos 60 personas de las comunidades indígenas y afrodescendientes, entre ellos defensores del territorio. COYUNTURA escribió sobre ello. Puede leerlo acá.
Por otro lado, el sandinista recordó el legado de Augusto César Sandino y la lucha histórica del Ejército de Nicaragua "contra los invasores", haciendo énfasis en la "valentía y la dignidad" transmitidas a las generaciones actuales. También felicitó a los miembros del Ejército por su "dedicación" y "sacrificio" en la búsqueda de la paz y el bienestar del pueblo nicaragüense, bajo los intereses del líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
No obstante, lo llamativo y alarmante de este encuentro militar radicó en el general Julio Avilés, jefe de las Fuerzas Armadas de Nicaragua, quien sorprendió a la nación con un discurso virulento durante el 44 aniversario del Ejército de Nicaragua. Avilés atacó a los medios de comunicación independientes y a quienes han solicitado sanciones internacionales contra la institución militar, utilizando un lenguaje similar al de la copresidenta Rosario Murillo. Este cambio en su postura pública refleja la necesidad y voluntad de demostrar su lealtad inquebrantable a la dictadura de Ortega, en medio de tensiones y preocupaciones dentro de la cúpula militar.
El discurso de Avilés también resaltó la persistente reelección de generales de brigada por parte de Ortega, lo que sugiere su deseo de tener un Ejército con mandos leales a su proyecto político. Esta práctica contrasta con la tradición institucional previa en el Ejército de Nicaragua y ha generado críticas y objeciones de organismos de derechos humanos a lo largo de los últimos años. La permanencia de Avilés y otros generales en sus cargos ha sido vista como un obstáculo en la cúpula militar, lo que pone de manifiesto la intersección de intereses entre el poder político y militar en el país.
En medio de una creciente presión internacional y un ambiente político polarizado, el discurso de Avilés refleja las tensiones y desafíos que enfrenta Nicaragua, mientras el general sigue siendo una figura clave en la política del país, respaldando a la dictadura de Ortega y protegiendo los intereses de la cúpula militar.
Por otro lado, este encuentro contó con la presencia de destacadas personalidades y autoridades del sandinismo. Entre los asistentes estaban presentes el diputado Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional, Alba Luz Ramos, magistrada presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y la magistrada presidenta Brenda Rocha, del Consejo Supremo Electoral (CSE).
En la ceremonia también estaban presentes miembros de la Comandancia General, como el mayor general Bayardo Rodríguez, jefe del Estado Mayor General, y el mayor general Marvin Corrales, inspector general. Además, se contó con la participación del primer comisionado Francisco Díaz, director general de la Policía Nacional, y Rosa Adelina Barahona, ministra de Defensa. También estaban presentes el comisionado general Horacio Rocha, ministro-asesor del presidente para temas de Seguridad, y el comisionado general Zhukov Serrano, subdirector general de la Policía Nacional.
El evento también contó con la asistencia del general de brigada Spiro Bassi, segundo jefe del Estado Mayor General, así como exmiembros de la Comandancia General, generales y "hermanos" en condición de retiro. Además, estuvieron presentes el presidente del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ), funcionarios del cuerpo diplomático en el país centroamericano, la alcaldesa de Managua, Reyna Rueda, jerarcas estatales, representantes de sectores y entidades, y miembros del Consejo Militar y oficiales superiores. La lista de asistentes también incluyó a los agregados de Defensa, militares, navales y aéreos, así como a los jefes de misiones militares acreditados en el país. Fue una ocasión "para honrar a los familiares de los hermanos caídos en el cumplimiento del deber militar".
Desfile militar "Pueblo-Ejército" Martes 05 de septiembre de 2023 en Managua
El martes 05 de septiembre del corriente año, durante un desfile militar titulado "Pueblo-Ejército", con motivo del 44 aniversario de la fundación del Ejército de Nicaragua en Managua, Ortega mostró por primera vez su aprecio y cariño hacia el pueblo nicaragüense de todas las edades y regiones, resaltando la longevidad de algunos ciudadanos y el potencial de la juventud. El discurso de ese día también tuvo un enfoque internacional, como siempre, ya que Ortega saludó a representantes de otras naciones presentes en el evento, mencionando a diplomáticos de países como Abjasia, Argentina, Bolivia, Cuba, China, Chile, El Salvador, Guatemala, Honduras, Irán, Libia, México, Palestina, Perú, Rusia, Sahara Occidental, República Dominicana y Venezuela, cuyos embajadores en Managua participan activamente en las festividades y actos oficialistas. Este gesto refleja la búsqueda de apoyo y reconocimiento por parte del régimen de Ortega en medio de la presión internacional.
En un momento clave del discurso, Ortega destacó la figura de Benito Juárez de México y su llamado al respeto entre los pueblos y naciones, subrayando la importancia de las relaciones internacionales y la cooperación entre países "sin condiciones". El evento militar culminó con un grito de "¡Que Viva el Ejército de Nicaragua!", destacando el simbolismo del cuerpo armado en el poder mismo de Ortega y su control sobre la nación en un contexto de crisis y represión sin fin.
Sin embargo, el régimen reconoció ese martes públicamente enfrentar una crisis en sus pilares represivos, la Policía Nacional y el Ejército. El general Avilés afirmó que no serían parte de golpes de Estado, lo que ha generado preocupación y especulación sobre la estabilidad interna del régimen. Expertos consultados por este medio señalaron que estas declaraciones implican una vulnerabilidad en el poder armado del sandinismo, a pesar de su histórico control sobre las fuerzas de seguridad.
La posible salida del general en retiro Omar Halleslevens, considerado por algunos como un posible sucesor de Ortega, ha generado tensiones en el Ejército y plantea la posibilidad de un cambio en la dirección del FSLN. El descontento en el Ejército se ve como una amenaza al régimen de Ortega, que depende de su apoyo militar para mantenerse en el Poder Ejecutivo. Además, el régimen sigue restringiendo la libertad de prensa y de expresión en Nicaragua, lo que hace cuestionable la acusación de Avilés hacia las y los periodistas independientes como "mercenarios y vividores de la información". La crisis interna también se extiende a la Policía Nacional, que enfrenta desafíos y fisuras internas.
Acto del 44 aniversario de la Policía Nacional de Nicaragua Lunes 11 de septiembre de 2023 en Managua
Durante este evento, también en el paseo de Bolívar a Chávez en Managua, Ortega, en primer lugar, celebró el mes de la Patria en Nicaragua, recordando eventos históricos de la lucha contra la intervención estadounidense en el siglo XIX. También rindió homenaje al presidente socialista chileno Salvador Allende y condenó el golpe de Estado que lo derrocó hace 50 años. Ortega destacó, una vez más, la importancia de las fuerzas de seguridad de Nicaragua, la Policía Nacional y el Ejército, en la "defensa de la paz y la estabilidad del país". Mencionó la colaboración con Rusia en la formación de personal para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
El discurso también resaltó la supuesta promoción oficialista de la igualdad de género en la Policía Nacional, con la incorporación de mujeres en cargos de dirección a nivel departamental. Ortega subrayó este logro como un hito histórico y reafirmó la "determinación del pueblo nicaragüense" de no rendirse ante los "enemigos internos y externos". En el contexto de crisis política y represión en Nicaragua, el discurso de Ortega se centró en destacar la historia patriótica y el papel de las fuerzas de seguridad, mientras que también aprovechó para desafiar a las y los opositores, con el fin de reforzar su autoridad en medio de la tumultuosa situación en Centroamérica.
Asimismo, el dictador sorprendió al confirmar la presencia del coronel general ruso Oleg Anatolyevich Plokhoi en el país. Ortega justificó su estadía como una medida para "enfrentar mejor a los golpistas y terroristas", revelando la estrecha relación entre el régimen sandinista y Rusia. La condecoración del coronel ruso con la "Medalla de Honor al Mérito Amistad Policial" levantó preocupaciones sobre la implicación de la Federación rusa en asuntos de seguridad y represión en Nicaragua.
Ortega aprovechó el evento para lanzar amenazas a la oposición política y defender su controvertida actuación durante la crisis iniciada en abril de 2018. Las acusaciones de Ortega contra la oposición como "golpistas y vendepatria" son parte de su retórica habitual. Además, el máximo líder de las fuerzas armadas elevó a 33 comisionados a comisionados generales en la Policía Nacional, con un énfasis en el número de mujeres ascendidas.
Por otro lado, la cooperación entre Nicaragua y Rusia tiene implicaciones significativas en la región y plantea interrogantes sobre la independencia y la función de las fuerzas de seguridad en Nicaragua. Esa situación sigue siendo motivo de preocupación para la comunidad internacional, entre ellos Costa Rica y Guatemala, debido a la represión y las violaciones a los derechos humanos, y a la seguridad misma de la región centroamericana.
Desfile policial "Con la paz no se juega" y recibimiento de la "Antorcha de la Libertad Centroamericana" Martes 12 de septiembre de 2023 en Managua
Durante este evento policial, Daniel Ortega recibió la "Antorcha de la Libertad Centroamericano", rodeado de las y los mejores estudiantes de educación superior. El mandatario enfatizó la importancia de la juventud nicaragüense y la unidad regional en medio de diversas crisis y problemáticas estructurales. Ortega elogió a las y los estudiantes de diferentes niveles educativos, destacando que la educación y la salud son derechos supuestamente garantizados por el Estado de Nicaragua, sin dar cifras actualizas al respecto.
El simbolismo de la antorcha, entregada por jóvenes hondureños y la vicepresidenta de Honduras, Doris Gutiérrez, en la frontera entre ambos países centroamericanos, recordó, según el mandatario sandinista, la lucha histórica contra la invasión "yankee" liderada por William Walker hace 167 años, y subrayó la importancia de la unidad centroamericana "contra el imperialismo".
El sandinista también rememoró la mítica Batalla de San Jacinto como un hito que moralizó a los luchadores centroamericanos y demostró que era posible derrotar al invasor, incluso con recursos limitados. La "Antorcha de la Libertad" se dirigió después a la zona de Peñas Blancas, Costa Rica, en un gesto de solidaridad y agradecimiento a un país que desempeñó un papel clave en el enfrentamiento histórico. El discurso concluyó con un llamado a la paz, la educación y la unidad, enfatizando que "el saber" es la clave para prevenir futuros enfrentamientos "entre los hermanos nicaragüenses". En última instancia, el evento, queramos o no, simbolizó la lucha por la libertad y la unidad en una región marcada por la historia de resistencia ante la opresión, con grandes opresores locales en el registro.
En el segundo discurso conmemorativo del 44 aniversario de la Policía Nacional de Nicaragua, el primer comisionado Francisco Díaz Madriz, director general del sancionado cuerpo armado, destacó la importancia de la institución policial en la protección de las personas, familias y comunidades. Hizo hincapié en la supuesta dedicación y sacrificio de las y los miembros de la Policía a lo largo de los años, "honrando" a aquellos que han perdido sus vidas en el cumplimiento de su deber. El discurso también enfatizó "la lealtad al liderazgo del comandante Daniel Ortega Saavedra y de la compañera Rosario Murillo Zambrana", destacando una vez más la participación de las mujeres en la fuerza policial.
Por otro lado, esa noche Ortega habló por segunda vez para la Policía y mencionó la importancia de la lucha histórica en Centroamérica "contra la invasión estadounidense". Además, el dictador nicaragüense se atrevió a señalar a antiguos compañeros de lucha que, en su opinión, han traicionado sus "principios revolucionarios" al asumir cargos de liderazgo y no cumplir con las promesas de cambio, como en su caso. Fue entonces cuando hizo referencias críticas a líderes políticos de otros países, como Gustavo Petro de Colombia y Gabriel Boric de Chile, acusándolos de traición y complacencia con el imperialismo.
Desfile escolar en el 167 aniversario de la Batalla en la Hacienda San Jacinto 14 de septiembre de 2023 en Managua
En su discurso conmemorativo del 167 aniversario de la Batalla de San Jacinto y el 202 aniversario de la independencia de Centroamérica, el comandante Ortega abordó la importancia de la juventud como un recurso para consolidar su régimen en Nicaragua. Ortega hizo hincapié en la necesidad de asegurar un futuro de estabilidad y control político en el país, enfocándose en proyectos de construcción de infraestructura como viviendas, escuelas y centros de salud para consolidar su base de apoyo y mantener su poder.
El discurso también incluyó una narrativa selectiva de la historia de Nicaragua, destacando episodios que favorecían su imagen y minimizando otros aspectos. Ortega promovió un discurso que hace hincapié en la lealtad a su administración y a la ideología sandinista, y omitió, como siempre, críticas y preocupaciones legítimas sobre la democracia y los derechos humanos en el país.
El discurso de Ortega reflejó así su enfoque político y estratégico de consolidación de poder. No para.
Exposición en el pleno de la Cumbre del G77 y China 15 de septiembre de 2023 en La Habana, Cuba
En su discurso en la Cumbre del G77 y China en La Habana, Cuba, Ortega, quien fue acompañado solo por dos de sus hijos varones (Laureano y Rafael) reiteró su apoyo a la isla en su "lucha contra el bloqueo impuesto por EE.UU.", y criticó duramente las políticas unilaterales y coercitivas de este país. El mandatario nicaragüense destacó que el bloqueo ha tenido un impacto negativo en el desarrollo económico y social de Cuba y afirmó: "El hecho de que el presidente de los Estados Unidos de América haya aprobado un año más de bloqueo, lo hacen pensando que este pueblo (cubano) se va a desmoralizar, cuando este es un pueblo que ha librado mil batallas".
Además, Ortega enfatizó la necesidad de la "unidad y solidaridad" entre los países del G77 + China para enfrentar los desafíos actuales del desarrollo, incluyendo los similares a la pandemia de Covid-19, las tensiones geopolíticas, la crisis económica y financiera, y el cambio climático. También enfatizó la importancia de rechazar las leyes y regulaciones extraterritoriales que "socavan el derecho internacional" y los principios de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En su discurso, Ortega destacó que la lucha contra la hegemonía capitalista y la promoción de la cooperación entre países en desarrollo son fundamentales para superar los retos globales. En resumen, el discurso de Ortega en Cuba se centró en la crítica a las políticas de los Estados Unidos de América y en la necesidad de "unión" para enfrentar desafíos económicos, políticos y medioambientales en un mundo caracterizado por la desigualdad y las tensiones internacionales.
Lo que refleja septiembre
Durante el mes de septiembre, Daniel Ortega y su administración ilustró una serie de puntos importantes que destacan su estrategia política y su posición en la arena internacional. Una narrativa que durante este 2023 el sandinismo ha reforzado, con cambios diplomáticos, ataques directos, visitas de primer nivel y acercamientos estatales:
Aumento de la militarización y lealtad inquebrantable: Septiembre estuvo marcado por eventos y desfiles militares en los que Ortega destacó la lealtad de las fuerzas armadas y de seguridad hacia su régimen. Esta demostración de poder y control refuerza su posición, arraigada durante este año con cambios legales en la Policía Nacional, nuevas promociones en la directiva del Ejército y dádivas para dichos órganos, pero con serias señales de tensión y desafíos dentro de estas instituciones, con preocupaciones sobre la lealtad y estabilidad.
Cooperación con regímenes autoritarios: Ortega reafirmó dicho mes, y durante este año, su alianza con regímenes autoritarios como Rusia, Irán y Cuba. Este enfoque de relaciones internacionales genera preocupación y aislamiento diplomático para Nicaragua, aumentando las tensiones con países democráticos que entienden los peligros que implican estos acercamientos militares, económicos y políticos.
Discurso anti-occidental: El dictador nicaragüense continuó e intensificó en septiembre sus críticas a los países desarrollados, denunciando la "agresión imperialista" y promoviendo la solidaridad entre regímenes autoritarios. Estas declaraciones pueden llevar a más sanciones contra funcionarios orteguistas y el aislamiento prolongado de Nicaragua, mientras el sandinismo lucha por el reconocimiento internacional.
Represión y control interno: Los no tan diversos discursos de Ortega en el mes de septiembre engrosaron su enfoque en la consolidación de su poder a través de la represión y el control interno, incluso en medio de la presión externa y la polarización política en Nicaragua.
Así es cómo el mes de septiembre de 2023 fue testigo de un Daniel Ortega que reforzó su posición de poder, a pesar de las tensiones y desafíos internos y externos, a través de la demostración de lealtad de la Policía Nacional y el Ejército, la cooperación con regímenes autoritarios y un discurso contra la influencia "imperialista" y la disidencia que denuncia los crímenes que no paran en todo el territorio nicaragüense, contra la ciudadanía, la religión y las libertades. A medida que el dictador continúa consolidando su control y mano dura, aumenta el aislamiento diplomático del país y se profundizan las preocupaciones sobre los derechos humanos y la democracia, casi que en punto sin retorno a la vista. Las declaraciones y acciones de Ortega siguen teniendo un impacto significativo a nivel nacional e internacional, por ello hay que seguir de cerca la situación, las palabras y las acciones en Nicaragua.
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