La Alianza Bolivariana se cita de emergencia en Cuba como previa a la Cumbre de Las Américas, para estimular al tridente de regímenes excluido de ésta.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Managua, Nicaragua
Las invitaciones para la IX Cumbre de las Américas finalmente ya fueron distribuidas y las dictaduras de Caracas, La Habana y Managua, al no ser invitadas, no tuvieron más opción que llevar a cabo la propia, la llamada Cumbre de la Alianza Bolivariana o Cumbre del ALBA, en la edición número XXI. El anuncio lo dio a conocer la Cancillería cubana dos días antes de llevarse a cabo (27 de mayo), tras cinco meses de haberse realizado la última y a solo días del inicio de la Cumbre en Los Ángeles.
Los jefes de Estado, de gobierno y dictadores del ALBA se reencontrarán nuevamente en la capital cubana con la excusa de resolver "estrategias de desarrollo comunes y analizar la situación política regional", según el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla, lo que a todas luces será un encuentro de comodidad y de consuelo al triángulo del totalitarismo, quienes fueron "absolutamente" rechazados de la reunión más importante del continente, pese al boicot encabezado por el mandatario mejicano Andrés Obrador.
Reacciones del tridente
Mientras tanto, el régimen cubano manifestó su descontento de ser excluido de la Cumbre de las Américas: "Mejor que ser reo de la política de odio. Estados Unidos debería escuchar a los no pocos que, en América Latina, lo convocan a ser sede de una cumbre inclusiva", escribió en su cuenta de Twitter Miguel Díaz-Canel, mandatario cubano.
Por su parte, el dictador Nicolás Maduro se quejó en cadena nacional y amenazó con llegar caminando; "voy a llegar a pie en una gran marcha a Los Ángeles", dijo Maduro, y agregó que ahora "la Cumbre de las Américas es la cumbre de las protestas contra la exclusión".
En su última aparición el dictador de Managua, Daniel Ortega, gritó su desinterés por asistir a Los Ángeles: "yo le digo desde aquí al yanqui, ¡olvídense!, no nos interesa estar en esa Cumbre. No nos estimula su Cumbre. Esa cumbre no enaltece a nadie". A su vez, instó a fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que surgió en 2011 como un organismo de integración sin la presencia de Estados Unidos.
La estimulación
No es la primera vez que Cuba es el eje del debate previo a la Cumbre de las Américas, tampoco Venezuela, pero sí lo es el caso de Nicaragua que ya representa un récord por tener al gobernante de turno que más cumbres ha atestiguado. Este será el quinto encuentro de las Américas desde que Daniel Ortega regresó al poder en el 2007; también es la primera vez que Ortega no será tomado en cuenta para el desfile presidencial.
La última participación de Ortega fue en Panamá, en 2015, y no asistió a la más reciente que se llevó a cabo en Perú, en 2018, precisamente como gesto de solidaridad con Venezuela, días antes del estallido social en Nicaragua.
Ahora ese movimiento de solidaridad ha sido encabezado por México y apandillado por las izquierdas de Bolivia, Honduras, Argentina, Chile, algunas islas de la Comunidad del Caribe y más recientemente Panamá. Algunos condicionando su participación, pese a que el equipo anfitrión ha reiterado que el compromiso con la democracia es un factor clave para ser invitado a la reunión en Los Ángeles, un asunto minimizado por quienes protestan y sustituyéndolo por el término "inclusión".
Ortega dejó claro que la estimulación es un asunto primordial para su asistencia en los eventos de esta índole, algo que evidentemente encuentra en La Habana, donde estuvo en diciembre del año pasado hablando por más de 70 minutos ante los diez Estados miembros del ALBA durante la vigésima cumbre del gremio. Está por verse quiénes serán los invitados especiales del club para esta nueva edición de estímulo dictatorial.
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