La administración de Joseph Biden ha implementado varios protocolos de aplicación de la leyes dirigidas a las familias, incluido el programa de Gestión de Deportación Acelerada de Familias (FERM), que coloca a algunos jefes de familia bajo monitoreo por GPS y en un proceso de deportación rápida. Hasta la fecha casi 100 familias han sido deportadas bajo este programa.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Ciudad de México, México
Desde mayo del año 2023, la frontera entre los Estados Unidos de América (EE.UU.) y México ha sido testigo de un crecimiento alarmante en el número de migrantes detenidos mientras intentaban ingresar al país norteamericano de manera irregular. Datos preliminares de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) publicados por The Washington Post revelan que en agosto, al menos 91,000 inmigrantes indocumentados que formaban parte de unidades familiares fueron arrestados en la frontera.
Esta cifra supera el récord anterior de 84,486 detenciones establecido en mayo de 2019, durante la administración del expresidente Donald Trump.
Es notable que las familias constituyeron el grupo demográfico más grande que cruzó la frontera en agosto, superando a los adultos solteros por primera vez desde que el presidente Joseph Biden asumió el cargo. Este aumento en las detenciones refleja un cambio importante en la demografía de las y los migrantes que llegan a la frontera sur de EE.UU..
Durante la administración de Trump, el Departamento de Seguridad Nacional enfrentó un aumento en la llegada de familias que cruzaban desde México. Para abordar esta situación se implementó agresivamente el programa "Permanecer en México", que enviaba a miles de solicitantes de asilo de regreso al otro lado de la frontera para esperar la resolución de sus casos. Sin embargo, esta política fue objeto de críticas debido a las condiciones inhumanas en las que se encontraban los migrantes en México.
Cuando la pandemia de Covid-19 golpeó al mundo en el año 2020, el presidente Trump utilizó el Título 42, una disposición de salud pública de EE.UU., para expulsar rápidamente a las y los migrantes que cruzaban la frontera a sus países de origen o a México sin la posibilidad de solicitar asilo. Esta medida resultó en la expulsión de millones de personas, incluidas familias, entre marzo de 2020 y mayo de 2023, según registros oficiales.
El presidente Biden, quien asumió el cargo prometiendo un enfoque más humanitario para los migrantes, suspendió el programa "Permanecer en México" y cerró los centros de detención para familias operados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos de América. En su lugar, la administración Biden implementó nuevas políticas que permiten que decenas de miles de inmigrantes más ingresen legalmente al territorio de EE.UU. cada mes, pero dificultan la liberación de aquellos que cruzan ilegalmente después de presentar una solicitud de asilo.
Uno de los cambios más significativos fue la implementación de un programa llamado CBP One, que permite que hasta 1,450 migrantes por día programen una cita para ingresar legalmente al país, utilizando una aplicación móvil -la cual ha presentado serios problemas de funcionamiento y conectividad-. Este programa ha llevado a un aumento en el número total de migrantes encontrados por la CBP en la frontera sur, alcanzando alrededor de 230,000 en agosto de 2023, el total mensual más alto del año fiscal en curso.
Además, la administración de Biden lanzó el programa de Gestión de Deportación Acelerada de Familias (FERM) en mayo de este año. Este programa coloca a algunos jefes de familia bajo monitoreo por GPS y acelera el proceso de su deportación. También impone toques de queda obligatorios de desde las 11:00 p.m. a las 05:00 a.m. para las familias sujetas a esta política. Según informes a los que tuvo acceso la Redacción de COYUNTURA, menos de 100 familias fueron deportadas bajo el programa FERM hasta la fecha.
La situación en la frontera sigue siendo objeto de un acalorado debate político en EE.UU. y en las administraciones locales y centroamericanas. Por un lado, el Gobierno de Biden ha enfatizado su compromiso con la reunificación de las familias que fueron separadas durante la administración Trump y con la protección de las familias indocumentadas que ya viven en el país. También ha creado programas destinados a acelerar la adjudicación de casos familiares en los tribunales de inmigración.
Sin embargo, también ha enviado mensajes contradictorios sobre la deportación de familias recién llegadas. Han intentado como nación disuadir a las familias de cruzar ilegalmente la frontera, incluso mediante la celebración de conferencias de prensa y la publicación de imágenes de vuelos de deportación en los que se transportan niños. Por otro lado, el programa FERM y las detenciones récord muestran un enfoque firme hacia la deportación de estas familias.
El aumento de las detenciones de familias en la frontera plantea desafíos significativos. La mayoría de las y los migrantes de esta categoría que son detenidos por la Patrulla Fronteriza son liberados rápidamente y se les permite vivir y trabajar en EE.UU. mientras sus solicitudes humanitarias están pendientes. Los tribunales de inmigración estadounidenses suelen tardar varios años en tomar una decisión, lo que significa que el proceso rara vez termina en deportación.
Este aumento en las detenciones también se produce en medio del pico de calor del verano, lo que plantea preocupaciones humanitarias, lingüísticas y logísticas. La administración de Biden ha ampliado la red de instalaciones de tiendas de campaña "blandas" con clima controlado para albergar a las familias, pero muchas de ellas aún se encuentran en condiciones precarias en las instalaciones tradicionales de CBP o en la frontera con México.
El futuro de la política de inmigración en los Estados Unidos de América sigue siendo incierto. El Gobierno de Joseph Biden está buscando equilibrar la protección de los derechos de los migrantes y la seguridad fronteriza. Mientras tanto, el estancamiento partidista y los cambios demográficos en la composición de los migrantes plantean desafíos adicionales.
A medida que el debate continúa, la atención se centra en la implementación de políticas efectivas que aborden tanto las necesidades humanitarias de los migrantes como las preocupaciones de seguridad fronteriza. Mientras tanto, las cifras récord de detenciones en la frontera siguen siendo un recordatorio de la complejidad y la urgencia de la cuestión migratoria en el norte del continente americano.
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