China y Cuba han alcanzado un acuerdo secreto para establecer una instalación de espionaje electrónico en la isla, según funcionarios estadounidenses familiarizados con inteligencia clasificada. Esta acción desafiante por parte de China representa una nueva amenaza geopolítica para Estados Unidos, ya que la base de espionaje permitiría a China monitorear las comunicaciones electrónicas en el sureste del país y el tráfico de barcos estadounidenses.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Washington, Estados Unidos
Funcionarios estadounidenses "familiarizados con inteligencia altamente clasificada" han revelado a The Wall Street Journal que China y Cuba han llegado a un acuerdo secreto para establecer una instalación de espionaje electrónico en la isla caribeña. Esta acción representa un nuevo y descarado desafío geopolítico de Beijing hacia Estados Unidos (EE.UU.), su rival económico y militar más importante. La instalación de espionaje estaría ubicada a unas 100 millas de la costa de Florida, lo que permitiría a China detectar comunicaciones electrónicas en el sureste de los Estados Unidos, una región donde se encuentran numerosas bases militares, y monitorear el tráfico de barcos estadounidenses.
La inteligencia sobre la planificación de esta nueva base en Cuba ha sido descrita por funcionarios estadounidenses como "convincente" y ha sido reunida en las últimas semanas. Se espera que esta instalación permita a China llevar a cabo actividades de inteligencia de señales (sigint), lo que incluiría el monitoreo de una variedad de comunicaciones como correos electrónicos, llamadas telefónicas y transmisiones satelitales.
De acuerdo con funcionarios familiarizados con el asunto, consultados por el medio estadounidense, China ha acordado pagar "varios miles de millones de dólares a Cuba" para permitir la construcción de esta estación de espionaje, lo que le permitiría al régimen de Miguel Díaz-Canel enfrentar sus problemas de liquidez. Esta revelación ha generado alarma dentro de la administración del presidente Joseph Biden debido a la proximidad de Cuba al territorio continental de EE.UU., aunque, hasta el momento, la embajada china en Washington no ha realizado comentarios al respecto y la Embajada de Cuba no ha respondido a las solicitudes de comentarios. Los funcionarios estadounidenses se han negado a proporcionar más detalles sobre la ubicación propuesta de la estación de escucha o si la construcción ya ha comenzado. No se ha determinado qué medidas podría tomar la administración Biden para detener la finalización de esta instalación.
Cabe destacar que EE.UU. ha intervenido previamente para evitar que potencias extranjeras extiendan su influencia en el hemisferio occidental, como ocurrió durante la crisis de los misiles cubanos en 1962. En aquella ocasión, EE.UU. y la Unión Soviética estuvieron al borde de una guerra nuclear debido a que los soviéticos desplegaron misiles con capacidad nuclear en Cuba. Sin embargo, es importante señalar que la actual situación difiere en términos de naturaleza y alcance, aunque representa un nuevo desafío para la seguridad y la influencia de Estados Unidos en la región.
La inteligencia sobre esta nueva base china en Cuba surge en un momento en que la administración Biden busca mejorar las relaciones con China, luego de meses de tensiones. Recientemente, se realizaron intercambios secretos entre altos funcionarios de ambas naciones, como el viaje del director de la Agencia Central de Inteligencia, William Burns, a Beijing y las conversaciones entre el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, y un alto funcionario chino en Viena. Además, se espera que el secretario de Estado, Antony Blinken, viaje a Beijing a fines de este mes y posiblemente se reúna con el líder chino, Xi Jinping. A pesar de las tensiones recientes, el presidente Biden ha expresado su creencia en un posible deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y China, y ninguna autoridad ha declarado al respecto de reuniones sobre este tema.
Analistas señalan que Beijing podría argumentar que la base en Cuba está justificada debido a las actividades militares y de inteligencia de EE.UU. cerca de China. La administración estadounidense realiza vuelos de vigilancia electrónica sobre el Mar de China Meridional y vende armas a Taiwán, una isla considerada por China como una provincia renegada. Además, Estados Unidos despliega un pequeño número de tropas en Taiwán para entrenar a sus militares y navega barcos de la Armada a través del Estrecho de Taiwán.
Sin embargo, la construcción de una instalación de espionaje en Cuba indicaría que China está dispuesta a hacer lo mismo en el patio trasero de Estados Unidos, lo que representa un cambio significativo en su estrategia de defensa y una acción provocativa.
Cabe destacar que China ha estado buscando establecer una red de puertos militares y bases de inteligencia en todo el mundo como parte de su estrategia de proyección de poder, y constantemente realiza reuniones con países como Nicaragua, Cuba y Venezuela para afinar acuerdos en cooperación sobre diversos temas. Actualmente, China tiene una única base militar extranjera declarada en Yibuti, en el Cuerno de África.
Las relaciones de seguridad entre Washington y Beijing se han vuelto tensas en las últimas semanas debido a encuentros cercanos entre barcos y aviones militares de ambas naciones en el Estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional, reportan diversos medios internacionales. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, y el ministro de Defensa de China, el general Li Shangfu, intercambiaron críticas en una conferencia en Singapur, aunque también se dieron la mano en un gesto ampliamente publicitado. Austin se quejó de la falta de comunicación por parte de Beijing sobre asuntos militares y de la negativa de Li a reunirse con él. China ha condicionado una posible reunión a que Washington levante las sanciones impuestas a Li en 2018.
La administración Biden ha intentado mejorar las relaciones con La Habana, revirtiendo algunas políticas de la era Trump al flexibilizar las restricciones de viaje hacia y desde Cuba y restablecer un programa de reunificación familiar. También se han ampliado los servicios consulares para permitir que más cubanos visiten EE.UU. y se han restaurado algunos miembros del personal diplomático que fueron retirados tras una serie de incidentes de salud misteriosos que afectaron al personal estadounidense en La Habana.
Moscú ha sido el socio más cercano de Cuba entre las principales potencias mundiales, brindando apoyo económico y militar. Sin embargo, Beijing ha estado fortaleciendo sus lazos diplomáticos y económicos con la isla. En noviembre de 2022, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, en Beijing.
Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética operaba el mayor sitio de inteligencia de señales en el extranjero en Lourdes, ubicado en las afueras de La Habana. Se cerró después de 2001 y se especuló con la posibilidad de que Rusia lo reabriera en 2014, aunque no se ha confirmado su estado actual.
La revelación de este acuerdo secreto entre China y Cuba para establecer una instalación de espionaje electrónico en la isla ha generado preocupación dentro de la administración Biden y en los círculos de inteligencia estadounidenses. La proximidad de Cuba a Estados Unidos y la capacidad de China para monitorear las comunicaciones electrónicas en el sureste del país, donde se encuentran numerosas bases militares, plantea una amenaza sin precedentes para la seguridad nacional estadounidense. A medida que se desarrollen los acontecimientos, será crucial seguir de cerca las acciones que tome la administración de Biden y cómo China y Cuba responden a las preocupaciones planteadas por Estados Unidos.
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