Los millonarios acuerdos de préstamos con China están reforzando la presencia del gigante asiático en Nicaragua, y creando oportunidades para el desarrollo en infraestructura del país, según el oficialismo. A medida que la deuda externa pública continúa aumentando, la sostenibilidad de la misma se vuelve una cuestión crítica, mientras la relación entre Nicaragua y China es un tema de interés no solo para las y los nicaragüenses, sino también para la comunidad internacional, que observa de cerca cómo esta colaboración impacta en la política y la economía de la nación centroamericana.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
La administración del sandinista Daniel Ortega en Nicaragua dio a conocer la mañana de este lunes 23 de octubre los proyectos de cooperación firmados con la República Popular China como resultado de la participación de una delegación nicaragüense en el tercer Foro de la Franja y la Ruta, que tuvo lugar en Beijing los días 17 y 18 de octubre de este año. La presentación de estos proyectos, que se suman a una larga lista de promesas estatales y de campaña electoral encabezadas por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Ortega, junto a su esposa Rosario Murillo, contó con la cobertura de medios oficialistas solamente y la presencia de altos funcionarios del Estado del país centroamericano, entre ellos el canciller Denis Moncada; el asesor presidencial para la Promoción de Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, y heredero político del régimen nicaragüense, Laureano Ortega Murillo; el ministro de Transporte e Infraestructura, el general del Ejército en retiro, Óscar Mojica; el presidente ejecutivo de la Empresa Nicaragüense de Electricidad (ENEL), Ernesto Tiffer; y los viceministros de Transporte e Infraestructura, Tania Díaz y Amaru Ramírez.
Estos proyectos de cooperación con China abarcan diversas áreas, incluyendo ferrocarriles, energía, infraestructura vial, aeropuertos y el fortalecimiento del transporte en Nicaragua:
Contrato con la empresa estatal china CAMCE Engineering para la reconstrucción, ampliación y mejora del Aeropuerto Internacional "Punta Huete" (PANCHITO). Este sería, según información oficial, el aeródromo más importante del país centroamericano, superando en capacidad humana, maquinarias y aviones al Aeropuerto Internacional Augusto César Sandino en Managua.
Memorándum de Entendimiento con la empresa estatal china CCECC para los estudios, diseños y construcción del Ferrocarril Managua - Masaya - Granada, así como la formulación del Plan Maestro Ferroviario Managua - Corinto - Bluefields.
Acuerdo de Cooperación con la empresa estatal china CCCCI para proyectos viales, que incluyen la ampliación de la carretera Guanacaste - Nandaime - Rivas y la ampliación de la carretera Rivas - Sapoá.
Acuerdo Marco para el Proyecto de Carretera Litoral Costanera Fase II con la empresa estatal china CSCEC.
Memorando de Entendimiento para los Proyectos Hidroeléctricos Mojolka y Tumarín con la empresa estatal china Huadian Overseas Investment, además de la instalación de 150 megavatios térmicos en San Benito - Managua para reforzar la capacidad energética.
Continuación del fortalecimiento de la flota de autobuses en Managua y otros municipios del país mediante el suministro de autobuses chinos de la empresa Yutong.
Moncada destacó que estos acuerdos se enmarcan en la iniciativa de la Franja y la Ruta promovida por China, la cual busca desarrollar rutas comerciales terrestres, marítimas y aéreas, así como infraestructura estratégica para mejorar la conectividad logística a nivel mundial. Estos proyectos buscan el beneficio mutuo de los países involucrados y promueven una visión comunitaria y de un futuro compartido por la humanidad, según el sandinismo.
En ese sentido, Nicaragua se encuentra en el epicentro de una serie de acuerdos financieros con China que están atrayendo la atención de la comunidad local e internacional. En un contexto de creciente endeudamiento y estrecha relación con el gigante asiático, el régimen Ortega-Murillo autorizó la firma de millonarios préstamos con empresas chinas para financiar estos proyectos de gran envergadura. Entre estos planes destacan la construcción de una supuesta planta de energía solar y la reactivación de antiguos proyectos hidroeléctricos, además de la promesa del nuevo aeropuerto internacional y un ambicioso proyecto ferroviario conectando varios departamentos. Mientras algunos analistas consultados por la Redacción de COYUNTURA ven en estas alianzas una fuente potencial de desarrollo para el país, otros advierten sobre los riesgos de consolidación del poder y financiar la represión a través de estas inversiones.
El miércoles 18 de octubre, un acuerdo presidencial en Nicaragua autorizó la firma de un préstamo con la empresa china Communications Construction Company Limited (CCCC) por más de 65 millones de euros. Este financiamiento estará supuestamente destinado a la construcción de una planta de energía solar en la ciudad de San Isidro, en el departamento de Matagalpa.
Según el documento oficial, la empresa ejecutora de este proyecto es la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados Sanitarios (ENACAL), que operará la planta fotovoltaica para abastecer el sistema de agua potable en la zona. Aunque el acuerdo menciona un monto exacto, no ofrece detalles sobre los términos y condiciones del financiamiento, que han sido previamente negociados entre el Ministerio de Hacienda de Nicaragua y la empresa china.
Este no es el único acuerdo que Nicaragua ha firmado recientemente con empresas del gigante asiático. En un intento de revivir un proyecto que lleva más de 14 años en papel, el régimen de Daniel Ortega ha establecido un memorando de entendimiento con la empresa china Huadian Overseas Investment para llevar a cabo el proyecto de generación de energía eléctrica Tumarín. Este proyecto hidroeléctrico, con un costo estimado de mil millones de dólares, se espera que produzca aproximadamente 253 megavatios, lo que equivale al 25 por ciento del consumo de electricidad de Nicaragua. La construcción de esta obra, que originalmente debía comenzar en 2016, es otro ejemplo de la creciente colaboración entre Nicaragua y China en materia de infraestructura, en medio de la inoperancia de la administración sandinista desde hace varios años.
Nicaragua, bajo el control de Daniel Ortega y el FSLN, ha dejado claro que considera a China como un aliado estratégico para el desarrollo del país. El anuncio de la construcción total de un nuevo aeropuerto internacional en Punta Huete, donde ya existe un aeródromo informal, y un ambicioso proyecto ferroviario más muestras concretas de la estrecha relación entre ambas naciones, según el oficialismo. Sin embargo, esta cooperación no se limita a proyectos de infraestructura. Como se ha mencionado, China también está involucrada en la generación de energía eléctrica en Nicaragua, a través de la reactivación del proyecto Tumarín y la posible construcción de la hidroeléctrica Mojolka.
Murillo, vocera del régimen sandinista, anunció la firma del memorando de entendimiento con la empresa china Huadian Overseas Investment, destacando la amplia experiencia de la empresa en proyectos de diseño, financiamiento y construcción de generación de energía eléctrica. Estos acuerdos podrían consolidar aún más la influencia china en el país centroamericano y generar oportunidades de desarrollo, pero también suscita preocupaciones.
Algunos observadores y activistas han expresado su incomodidad y rechazo sobre la creciente dependencia de Nicaragua de la inversión china. Alexa Zamora, una activista nicaragüense en el exilio, desnacionalizada por el sandinismo, advierte que esta colaboración podría tener consecuencias negativas para el país. En particular, señala el riesgo de que China se convierta en una fuente alternativa de financiamiento para la represión del régimen de Ortega. En un contexto de democracia en muerte crónica y corrupción extendida, la falta de transparencia en los acuerdos financieros y el poder concentrado en manos del oficialismo plantean cuestiones profundas sobre el uso de estos préstamos y proyectos para fortalecer el control del régimen, aumentando su posibilidad de maniobra y justificación.
Además de estas preocupaciones, los datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) revelan un aumento constante en la deuda externa pública del país centroamericano. El saldo de la deuda externa pública en el segundo trimestre de 2023 alcanzó los 8,274.9 millones de dólares, con un aumento de 58.9 millones de dólares con respecto al primer trimestre. Esta tendencia al alza se ha mantenido durante varios trimestres consecutivos, lo que plantea inquietudes sobre la sostenibilidad de la deuda y la capacidad de Nicaragua para cumplir con sus obligaciones financieras hasta la fecha.
Por otro lado, la deuda externa privada experimentó una disminución de 103.2 millones de dólares en el mismo período, lo que sugiere un cambio en la composición de la deuda. Sin embargo, la suma de la deuda externa pública y privada sigue siendo significativa, y cualquier alteración en el equilibrio entre ambas podría tener implicaciones económicas importantes para Nicaragua.
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