De los cinco mandatarios centroamericanos, solamente uno participará del foro en el que se discuten los grandes desafíos del continente. Los ausentes, por razones desconocidas, albedrío o complicidad, no harán presencia en Los Ángeles, mientras las diásporas de sus países en Estados Unidos protestan por el endurecimiento o desgaste de sus políticas públicas y las acciones represivas con las que controlan a sus naciones.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
IX Cumbre de las Américas
Los Ángeles, Estados Unidos de Norteamérica
El centro del continente desapareció por esta semana. Sus mandatarios no están disponibles para participar en la IX Cumbre de las Américas, convocada por el gobierno del presidente Joe Biden en Los Ángeles, California.
Costa Rica
Aunque nunca fue dada a conocer la lista oficial de las naciones invitadas al principal foro del continente, de los mandatarios centroamericanos solamente Rodrigo Chaves, presidente de Costa Rica, participará del encuentro, que tiene como objetivo discutir los grandes desafíos de América en temas sociales, democráticos, económicos, medioambientales y digitales. Los ausentes, por diversas razones, son los gobernantes de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, Alejandro Giammattei, Nayib Bukele, Xiomara Castro y Daniel Ortega, respectivamente.
Nicaragua
En el caso de Nicaragua, como era de esperarse, la invitación para el régimen de Ortega nunca llegó. Y tampoco llegó para Venezuela y Cuba, esta última, al igual que en la primera edición en 1994, denunciada por la violación constante de los derechos humanos de sus ciudadanos, realidad compartida con las otras dos naciones casi que ignoradas en la organización del evento.
Por otra parte, se desconoce hasta el momento las razones que impiden la participación de Giammattei y Bukele, quienes no han brindado ninguna declaración al respecto, pero en cambio mantienen una relación particularmente complicada con Estados Unidos.
Guatemala
Recientemente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció que cuatro países latinoamericanos encabezan la lista de naciones con mayor número de violaciones a los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Al club, conformado por Cuba, Nicaragua y Venezuela, ahora se le ha sumado Guatemala, cuya cacería en contra de fiscales, defensores de derechos humanos y comunidades indígenas no da tregua y causa el repudio de las autoridades estadounidenses, quienes han emitido comunicados al respecto e incluso han promovido las sanciones contra funcionarios acusados por corrupción.
El Salvador
Por otro lado, Bukele, mandatario salvadoreño, recientemente cumplió su tercer año de gobierno y acudió a la Asamblea Legislativa para referirse únicamente a la seguridad nacional, en medio del tercer mes bajo el Régimen de Excepción, con fuertes críticas a su accionar violento para enfrentar la grave situación de inseguridad que se vive en el país por las maras y pandillas.
Honduras
Mientras tanto, para la presidenta Castro y su gobierno pesan más las viejas relaciones ideológicas y las amistades familiares. La decisión de la mandataria de no asistir al foro, anunciada el fin de semana, no pasó desapercibida para las y los hondureños, quienes comentaron durante todo este lunes 06 de junio sobre el tema. "Una mala decisión"; "pone en riesgo la participación del país en el fortalecimiento de la democracia regional". Los comentarios eran variados, pero el mensaje del Estado hondureño parece ser directo: apoyo a las dictaduras de la región bajo la excusa de "no injerencia" e "inclusión".
Tras la visita del presidente mejicano Andrés Obrador a los países de Centroamérica a principios de mayo de este año, el debate explotó en las redes sociales y medios de comunicación debido al condicionamiento del mandatario para participar del foro de las Américas que se lleva a cabo del 06 al 10 de junio. Su ausencia resultó ser un hecho, y el llamado fue respondido por Honduras y Bolivia, quienes tampoco asistirán como un gesto de solidaridad con Cuba, Venezuela y Nicaragua, los viejos violadores de derechos humanos de la región.
También es de esperarse que el encuentro sea boicoteado por parte de algunos de los territorios de la Comunidad del Caribe (CARICOM), grandes aliados en el trillado discurso de la izquierda de América.
La cumbre, y la ausencia misma de cuatro de las cinco naciones que conforman la Centroamérica de ahora, más dividida que nunca, se da en medio de uno de los períodos más violentos para la región en tiempos recientes, y bajo duras críticas por parte de organismos internacionales de derechos humanos contra los gobiernos y regímenes de turno.
Y aunque el régimen de La Habana celebra la disyuntiva diplomática generada por su causa, es imperativo recordar que Cuba junto a Venezuela y los países de Centroamérica son los principales generadores de desplazamientos forzados hacia Estados Unidos, el gran uñero de la anatomía norteamericana.
El gesto más elocuente era asistir, aunque no existieran grandes expectativas del evento. Y eso hicieron las diásporas. Llegaron a protagonizar la jornada y retratar las realidades de sus países, tal fue el caso, al menos durante el primer día, de Nicaragua y El Salvador. Ciudadanía de ambas naciones se apostaron en Los Ángeles con pancartas y banderas para exigir un alto a la violaciones de derechos humanos en sus patrias.
Videoteca:
Es por ello que el endurecimiento o desgaste de las políticas públicas en Centroamérica, y las acciones represivas con las que las autoridades controlan sus realidades, son el principal tema a debatir para la sociedad civil de la región en el encuentro.
Las divisiones entre EE.UU. y el bloque "anti-injerencia", como deberían llamarse, son acentuadas por las posiciones ante la invasión de Rusia sobre Ucrania y ponen en duda el futuro del continente y de los más pequeños en él durante el actual reordenamiento mundial causado por la pandemia de Covid-19, el conflicto armado en medio de Europa y la inflación que apenas comienza.
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