Los científicos del Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria (APHIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) colaboran actualmente con el IPSA y otras entidades locales en inspecciones y tratamientos masivos para detener la propagación del gusano barrenador. Hasta ahora, el IPSA ha visitado 33,242 fincas y 8,482 hogares, inspeccionando más de un millón de animales. En paralelo, se ha iniciado un protocolo de curación de heridas en 109,526 animales, con el objetivo de frenar la infestación en zonas rurales y urbanas.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
Nicaragua enfrenta una crisis de salud animal y humana sin precedentes desde que el gusano barrenador, una plaga erradicada en 1999, resurgió en el país. La infestación ha alcanzado una magnitud alarmante, afectando no sólo a animales domésticos y de granja, sino también a seres humanos. Para contener la expansión, una delegación de 16 científicos del Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria (APHIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) llegó a Nicaragua a finales de octubre, colaborando durante todo el mes de noviembre con el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) en estrategias de control y erradicación.
El brote actual se volvió evidente tras la notificación de los primeros casos en humanos, reportados por el IPSA el martes 29 de octubre de 2024. Los datos indican que las cifras de infecciones han escalado rápidamente, con 4,611 casos en animales y dos en humanos hasta la fecha. Según los registros del IPSA, los animales más afectados incluyen bovinos (3,489 casos), porcinos (615), equinos (223) y caninos (234), pero también se han documentado infecciones en especies menores como ovinos, caprinos e incluso un ave y un conejo.
El gusano barrenador, conocido científicamente como cochliomyia hominivorax, es la larva de una mosca que deposita sus huevos en heridas abiertas de animales y humanos. Una vez que los huevos eclosionan, las larvas se introducen en los tejidos vivos, causando graves infecciones. En uno de los casos más graves en humanos en Nicaragua, una persona afectada tenía más de 100 larvas en el oído. Los médicos lograron extraerlas, evitando un daño irreversible, pues de no haberse tratado a tiempo, las larvas habrían invadido el cerebro. Esta plaga representa una seria amenaza para la salud pública, pues con una mínima herida la mosca puede depositar hasta 250 huevos, cuyas larvas comienzan a consumir tejido vivo en menos de 24 horas, causando fiebre, dolores y otros síntomas.
La reaparición del gusano barrenador en Nicaragua constituye un riesgo no solo para la salud pública, sino también para la economía de la región, ya que los países vecinos como Panamá y Costa Rica también han reportado brotes. Según el Programa Centroamericano de Maestría en Entomología de la Universidad de Panamá, esta plaga podría causar pérdidas anuales de hasta 150 millones de dólares para la industria ganadera centroamericana. En Nicaragua, los esfuerzos del IPSA ya incluyen visitas a 33,242 fincas y la inspección de más de un millón de animales, tratando de contener el brote y limitar las heridas en animales para evitar la incubación de las larvas. En paralelo, se ha iniciado un protocolo de curación de heridas en 109,526 animales, con el objetivo de frenar la infestación en zonas rurales y urbanas por igual.
El encargado de negocios de EE.UU. en Nicaragua, Kevin O'Reilly, señaló que la intervención de las y los científicos estadounidenses busca evitar que el brote diezme la industria ganadera en toda Centroamérica. Las autoridades nicaragüenses también han endurecido los controles fronterizos para la exportación de ganado hacia Honduras, lo que ya está generando dificultades en el comercio de ganado en pie.
El director del IPSA, Ricardo Somarriba, declaró alerta sanitaria nacional el pasado miércoles 03 de abril de 2024, un cuarto de siglo después de que Nicaragua se declarara libre del gusano barrenador. En respuesta al brote, el gobierno invirtió 750 mil dólares en una estrategia preventiva, respaldada por cooperación internacional, aunque los detalles sobre la inversión y su implementación posterior no han sido claros.
Hasta el momento, el IPSA ha tratado las heridas de 109,526 animales y ha inspeccionado 8,482 hogares en busca de infecciones en animales de compañía, como perros y gatos. Sin embargo, la propagación sigue avanzando, especialmente en regiones rurales donde los animales están en constante contacto con vectores.
Otra amenaza
A la par de la crisis del gusano barrenador, Nicaragua también enfrenta una plaga de caracol gigante africano, un molusco invasivo que amenaza la biodiversidad local y la agricultura. El IPSA ha eliminado 124,898 caracoles desde agosto de 2023. Los principales focos se encuentran en zonas como Ciudad Belén, en Managua, y detrás del Zoológico Nacional, donde se han desplegado barreras sanitarias para contener la propagación.
La reaparición del gusano barrenador y la invasión del caracol gigante africano son desafíos monumentales para el sector agropecuario de Nicaragua. Con la intervención de especialistas estadounidenses y la vigilancia intensiva del IPSA, Nicaragua se esfuerza por contener estas amenazas antes de que generen daños irreparables en la salud humana y en una industria crucial para su economía.
La situación en Honduras
Honduras ha intensificado su lucha contra el gusano barrenador del ganado, con campañas preventivas y de control lideradas por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) a través del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA). Con el apoyo de organismos como el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agroalimentaria (OIRSA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el país ha implementado estrategias en zonas fronterizas y otras áreas clave para evitar la propagación de esta enfermedad, que afecta gravemente al sector ganadero. Hasta la semana epidemiológica 43, se han registrado 25 casos, principalmente en los departamentos fronterizos con Nicaragua y un caso aislado en Omoa, Cortés, destacando así el esfuerzo de vigilancia y control en puntos críticos.
Entre las medidas clave se incluyen controles de movilización en la frontera con Nicaragua casi todos los días, dispersiones aéreas de moscas estériles y capacitaciones continuas al sector ganadero, según fuentes consultadas por este medio. En la zona de contención, Honduras realiza vuelos semanales para liberar moscas estériles en un esfuerzo por frenar el ciclo de vida del GBG. Además, se prepara la apertura de un Centro de Eclosión de Moscas Estériles en el Aeropuerto de Palmerola, que mejorará la capacidad de respuesta ante nuevos casos. La SAG-Senasa mantiene una comunicación activa con los ganaderos y fomenta la notificación temprana de posibles casos para aplicar los protocolos de tratamiento de inmediato, minimizando el riesgo de propagación de esta plaga.
Guatemala declara emergencia
Para comenzar noviembre, la administración de Guatemala declaró un estado de emergencia de sanidad animal a nivel nacional tras la confirmación de un caso de gusano barrenador en un bovino, lo que marca la primera vez en tres décadas que se registra esta plaga en el país. El ministro de Agricultura, Maynor Estrada, informó que la detección se realizó en una ternera en el departamento de Izabal y destacó que esta alerta permitirá intensificar las medidas de protección del ganado. Se estableció una comisión interinstitucional para coordinar acciones de contención y prevención, subrayando la rápida propagación de la plaga que ha sido reportada en países vecinos como Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, desde los cuales Guatemala había permanecido libre desde 1994.
La declaración de emergencia también incluye el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica activa y la habilitación de laboratorios de diagnóstico para detectar y combatir el gusano barrenador del ganado. Esta plaga es responsable de miasis, una parasitosis que afecta tanto a animales como a humanos, causando lesiones graves y una disminución significativa en la producción de leche y carne debido a la mortalidad de los animales. Estrada aseguró que se implementarán medidas de bioseguridad en las unidades de producción pecuaria, controles estrictos en puertos, aeropuertos y fronteras, y se promoverán programas de capacitación para las y los propietarios de ganado, todo con el objetivo de prevenir la propagación de esta devastadora enfermedad, que ya genera alerta en México ante el tráfico ilegal de ganado desde Centroamérica.
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