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Brasil excluye a Venezuela y Nicaragua del BRICS+; Lula presiona por nuevas alianzas en Kazán

La cumbre de Kazán, que se celebra del martes 22 al jueves 24 de octubre de 2024, tiene como objetivo consolidar una plataforma económica y diplomática que permita a Rusia eludir las sanciones occidentales y reforzar su posición en el mundo. Durante el encuentro, se discuten importantes temas como la creación de un sistema financiero que facilite a los miembros del BRICS+ operar independientemente del dominio del dólar estadounidense.


Por Redacción Central | @CoyunturaNic

Kazán, Rusia
Xi Jinping (izquierda) es recibido en Kazan por Vladimir Putin el martes 22 de octubre de 2024 | Fotografía cortesía
Xi Jinping (izquierda) es recibido en Kazán por Vladimir Putin el martes 22 de octubre de 2024 | Fotografía cortesía

En una decisión que resuena desde ahora profundamente en la política internacional, según fuentes diplomáticas consultadas por COYUNTURA, Venezuela y Nicaragua han quedado fuera de la lista de países considerados para unirse al bloque de los BRICS+, un grupo de economías emergentes que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Este hecho es particularmente significativo dado el contexto de tensiones políticas y diplomáticas en América Latina y su relación con potencias globales. La presión ejercida por el gobierno brasileño, bajo la dirección de Luiz Inácio Lula da Silva, ha sido clave en este desenlace, reflejando la complejidad de las relaciones internacionales en la región, y las evidentes consecuencias de la confrontación innecesaria y la persecución interna que predomina desde los sistemas autoritarios chavista y sandinista, respectivamente.


BRICS+ se formó inicialmente como un foro que representaba a los países emergentes con el objetivo de contrarrestar la influencia de las economías occidentales. Desde su creación, ha evolucionado y expandido, incorporando a nuevos miembros como Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Etiopía a principios de este año. La cumbre actual, que se lleva a cabo en Kazán, Rusia, entre el martes 22 y jueves 24 de octubre de 2024, representa un momento crítico para el bloque, ya que busca fortalecer su influencia económica y política frente a las sanciones occidentales y la polarización mundial, con más miembros, "más fuertes y decididos", según economistas consultados por este medio bajo anonimato.


La lista reciente de países que podrían unirse a BRICS+ incluye a Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam, pero notablemente excluye a Venezuela y Nicaragua, cuyas administraciones enviaron delegaciones a Rusia para este encuentro. Esta exclusión no se debe a un veto formal, sino a la influencia política interna de Brasil y su postura clara en contra de la inclusión de estos dos países, en respuesta a ataques diplomáticos recientes contra Lula da Silva. Según analistas, Lula da Silva ha manifestado su descontento con los regímenes de Nicolás Maduro y Daniel Ortega, lo que ha llevado a un clima de desconfianza y tensión diplomática.


Relaciones Brasil-Venezuela y Brasil-Nicaragua


Las relaciones diplomáticas entre Brasil y Venezuela se han deteriorado desde el contexto de las elecciones disputadas en Venezuela, donde Maduro fue reelegido el 28 de julio de 2024 en un proceso calificado como fraudulento por varios observadores internacionales y la disidencia chavista. Lula da Silva, que había mostrado intenciones de acercarse a Caracas al inicio de su mandato, ha optado por una postura más crítica, considerando que la inclusión de Venezuela en BRICS+ podría comprometer la credibilidad y los objetivos del grupo, teniendo en cuenta la ilegitimidad sobre la administración chavista por no presentar las pruebas de su supuesto triunfo, desconocido por la Organización de los Estados Americanos (OEA).


Por otro lado, Nicaragua también ha visto un enfriamiento en sus relaciones con Brasil, especialmente tras la expulsión del embajador brasileño en Managua en agosto y la reciprocidad de Lula. Esta medida fue interpretada como una represalia por parte del régimen nicaragüense y resultó en la expulsión de la embajadora nicaragüense en Brasil. Esta cadena de expulsiones subraya la tensión diplomática que permea las relaciones bilaterales, lo que puede haber influido en la decisión de Brasil de oponerse a la inclusión de Nicaragua en el bloque BRICS+.


Entonces, la exclusión de Venezuela y Nicaragua de la lista de posibles miembros de BRICS+ tiene múltiples implicaciones. En primer lugar, refuerza la percepción de que estos países están cada vez más aislados en la arena internacional, teniendo en cuenta además el endeudamiento de Nicaragua con China y la ola de sanciones e inhabilitaciones económicas contra el chavismo. Ambas dictaduras enfrentan críticas ascendentes por violaciones de derechos humanos y la represión de la disidencia, la oposición y otros muchos sectores de la sociedad, lo que complica aún más sus esfuerzos por establecer alianzas estratégicas solidas y duraderas.


El canciller nicaragüense Valdrack Jaentschke Whitaker, en Kazán, Rusia, el 22 de octubre de 2024 | Fotografía cortesía
El canciller nicaragüense Valdrack Jaentschke Whitaker, en Kazán, Rusia, el 22 de octubre de 2024 | Fotografía cortesía

Adicionalmente, el fortalecimiento de BRICS+ como una plataforma alternativa a Occidente está generando ya nuevas dinámicas en la política global, especialmente en lo que respecta a la cooperación económica y la creación de sistemas financieros independientes de la influencia occidental y el dólar. Eso incluye el avance de las monedas digitales, y los servicios bancarios enlazados a sistemas diferentes al dominado por el capital de Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) y la Unión Europea. El dictador ruso, Vladímir Putin, ha dejado claro este martes, al recibir a cada invitado con un apretón de manos, que uno de los objetivos de la cumbre es desarrollar mecanismos financieros que permitan a los miembros del bloque eludir las sanciones y mecanismos impuestas por EE.UU. y sus aliados, porque ya es tiempo.


La cumbre de los BRICS+ en Kazán se presenta como una oportunidad para que los líderes de los países miembros discutan no solo la expansión del bloque, sino también estrategias para contrarrestar la influencia de Occidente. La agenda incluye conversaciones sobre reformas en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un tema que ha sido parte de la diplomacia brasileña y de Rusia, que refleja las aspiraciones de Lula y Putin de aumentar el protagonismo de los países emergentes en el orden internacional. Sin embargo, las tensiones internas dentro de este poderoso pero inestable bloque, exacerbadas por la reciente expansión del grupo, presentan desafíos significativos que no pueden resolver todavía. La diversidad de intereses y prioridades entre los miembros podría dificultar más la toma de decisiones y el establecimiento de un consenso. Además, la falta de una voz unificada en asuntos clave podría limitar la efectividad del bloque como contrapoder frente a las economías desarrolladas.


La salida de Venezuela y Nicaragua de la lista de posibles miembros de BRICS+ es un reflejo de las realidades geopolíticas actuales en América Latina y el mundo. La influencia de Brasil en la decisión resalta el papel del país como líder regional y su deseo de forjar alianzas que se alineen con su visión política, económica y social. Al mismo tiempo, la cumbre de Kazán ofrece una ventana a las dinámicas cambiantes dentro de este innovador bloque y sus aspiraciones como un contrapeso al dominio occidental.


En este contexto, es esencial observar cómo se desarrollarán las relaciones entre Brasil y los países excluidos, así como el impacto de estas decisiones en la política interna de Venezuela y Nicaragua. La construcción de alianzas estratégicas y la búsqueda de apoyo internacional seguirán siendo cruciales para ambos países en un mundo donde el equilibrio de poder se está reconfigurando continuamente. Más importante todavía para el país centroamericano, cuando la administración Ortega-Murillo ya rompió vínculos con Brasil e Israel.


 

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