Luego de varios meses de lo que parece una cacería interna, la Copresidencia de Nicaragua ejecutó la detención de Adolfo Marenco, quien fue el Jefe de la Dirección de Investigación e Inteligencia de la Policía Nacional hasta noviembre de 2022. El también autor intelectual de la masacre cometida en el país desde abril de 2018 se habría negado a continuar apoyando a la administración Ortega-Murillo, tras varios años de fidelidad que lo llevaron a parar a las celdas de "El Chipote", en donde le acompaña otro comisionado general también en detención.
Por Redacción Central | @CoyunturaNic
Managua, Nicaragua
Fuentes vinculadas a la Policía Nacional han confirmado a La Prensa, Confidencial y 100 % Noticias la detención del comisionado general en retiro Adolfo Joel Marenco Corea, quien habría sido trasladado a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial conocidas como "El Chipote" en Managua el pasado viernes 13 de enero, en el último capítulo de una serie de sucesos que detallan su ascenso y descenso en la administración pública de Nicaragua, tras varios años siendo los ojos y oídos de la pareja Ortega-Murillo, y casi 40 años de servicio policial.
Siempre un policía
Con 20 años de edad, en 1985, Marenco decidió formar parte de la entonces llamada Policía Sandinista, para años después llegar a su primer puesto público en la delegación del municipio de Juigalpa, evadiendo entonces su obligación de enlistarse en el Servicio Militar Patriótico. Pasó por distintas unidades de la quinta región (que comprendía los departamentos de Chontales y Boaco, así como los municipios de El Rama y Nueva Guinea), hasta ser trasladado a la primera región a mediados de los años noventa.
Con una visión y vocación de investigar, continúo su camino por la unidad departamental de Madriz y Masaya -en donde fue nombrado segundo jefe-, hasta llegar en el año 2000 a ser jefe de uno de los departamentos de investigaciones especiales de la Policía Nacional, gracias a la "sugerencia" del también comisionado general en retiro Juan Báez, según información de Confidencial.
En "la H", el departamento operativo que Marenco dirigió, estuvo hasta 2009, cuando fue trasladado a la jefatura de la Secretaría Ejecutiva de la Policía. Entonces, de forma paralela, mantuvo una participación activa dentro de la Federación Nicaragüense de Béisbol Asociado (FENIBA), en donde llegó a ser presidente hasta 2012, cuando renunció por "motivos laborales".
En septiembre de 2011, bajo la dirección de la primera comisionada Aminta Granera, por orden del copresidente Daniel Ortega, fue ascendido a comisionado general de la Policía Nacional, lo que lo llevó a pasar por la Dirección General de la Seguridad del Estado, hasta posicionarse como el director de investigación e inteligencia del cuerpo policial nicaragüense, y estar a cargo del Consejo Nacional contra el Crimen Organizado.
Su relación con el poder
Como Jefe de la Dirección de Investigación e Inteligencia de la Policía Nacional, Marenco tenía acceso, entre otra información, a los datos de la Unidad de Análisis Financiero (UAF), del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y de la Dirección General de Impuestos (DGI), así como a los registros del Consejo Supremo Electoral (CSE), del Registro Público de la Propiedad y de otras instituciones policiales, penales y civiles.
Su cercana relación con la Copresidencia de Nicaragua y su principal asesor -Néstor Moncada Lau- le atribuyó un papel fundamental durante la represión estatal desatada como respuesta a las manifestaciones ciudadanas desde abril de 2018, que dejó un saldo mortal de más de 350 personas asesinadas.
El funcionario policial sirvió como ente generador y emisor de información que fue utilizada para reprimir a la ciudadanía organizada y a los rostros más visibles de las protestas. Según información obtenida por la Redacción de COYUNTURA, incluso desde su oficina se "organizaban" y potenciaban investigaciones políticas, llegando a promover el uso de conversaciones de WhatsApp, Telegram y Signal como recursos judiciales para condenar a opositores al régimen nicaragüense.
La información filtrada por Marenco y los oficiales bajo su mando también fue clave para la ejecución de la sangrienta "Operación Limpieza", y durante los momentos más crudos de la crisis en el país centroamericano muchos de los reos políticos denunciaron al subdirector de la Policía como la persona al frente de detenciones secretas y secuestros.
El contundente informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) recomendó investigar, en primera instancia, al copresidente Daniel Ortega, como jefe supremo de las fuerzas armadas; también a Marenco; al consuegro de Ortega, el comisionado general Francisco Díaz -director general de la Policía Nacional-; a Granera, la exdirectora del ente armado; entre otras figuras policiales.
Además, según fuentes policiales de Confidencial, Marenco estaría involucrado en el asesinato de al menos tres policías durante la crisis de 2018: el oficial Faber López de 23 años, el policía de inteligencia e inspector Ilish Aarón Urrutia, y el suboficial mayor Alan Alexander Rodríguez Hernández. Ultimados en Carazo, tras haber sido "detectados" como "desertores".
Su caída
La disciplina partidaria de Marenco -que también fungía como operador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en la Policía Nacional- surgió efecto hasta el 25 de noviembre de 2022, cuando el copresidente Ortega ordenó a través del Acuerdo Presidencial #177-2022 su "retiro", dos días después de haber nombrado a su sucesor y actual jefe de la Dirección de Investigación e Inteligencia de la Policía Nacional, Zhukov Serrano Pérez.
Poco más de cinco años tuvo Marenco todo ese poder en sus manos, hasta que Ortega plasmo su firma y terminó con su carrera de 37 años policiales. Desde entonces, según medios independientes, Marenco se encontraría (hasta el 13 de enero de 2023) bajo el régimen de casa por cárcel, por denuncias de corrupción y manejo de negocios privados no autorizados por parte de una facción de la cúpula del régimen Ortega-Murillo. Y aunque la administración sandinista intentó mantenerlo en sus filas, Marenco no aceptó un traslado al Instituto de Seguridad y Desarrollo Humano (ISSDHU), que administra las pensiones de la Policía Nacional y el Ministerio de Gobernación.
No obstante, la detención del comisionado general en retiro se debería, según una hipótesis aún no verificada, a que el oficial "intentaría huir del país", por lo cual la Copresidencia ordenó su "prisión preventiva", evitando así la fuga de otro funcionario de alto nivel. Al cierre de esta nota el equipo de COYUNTURA continúa buscando indicios o afirmaciones al respecto.
Marenco también es abogado y, según información de 100 % Noticias, está casado con María Mercedes Bautista Lara, hermana del exsubdirector general de la Policía Nacional, Francisco Bautista, y viuda de Dionisio Marenco, exalcalde de Managua.
Fuentes de La Prensa también aseguran que en "El Chipote" guarda prisión otro comisionado general: Pedro Rodríguez Argueta, quien fungía como jefe policial del Triángulo Minero y Mulukukú.
Argueta, que laboraba en la comisaría de Carazo, fue aparentemente removido en diciembre de 2022, aunque no hubo un nombramiento oficial. Hasta ahora se desconoce el motivo de su detención. La Policía no ha confirmado o negado su encarcelamiento, ni el de Marenco.
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