La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, visitó el Centro de Confinamiento del Terrorismo en El Salvador para evaluar la posibilidad de replicar el modelo de seguridad de Nayib Bukele en la lucha contra el narcotráfico en el país suramericano.
Por Jairo Videa | @JairoVidea
San Salvador, El Salvador
En un gesto de intercambio y posible adopción de estrategias en seguridad pública, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, realizó una visita oficial al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador el pasado domingo 16 de junio de 2024. Este centro, emblemático en la política de seguridad salvadoreña bajo el liderazgo de Nayib Bukele, se ha convertido en un punto de controversia debido a las condiciones de encarcelamiento y las acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
El viaje de Bullrich se enmarca en un contexto de búsqueda por parte del Gobierno argentino de nuevas estrategias para combatir el crimen organizado, específicamente el narcotráfico, a través de un modelo que ha generado tanto elogios por la reducción de la violencia como críticas por los métodos empleados.
El CECOT, ubicado en Tecoluca, alberga a cerca de 14,000 detenidos, principalmente miembros de pandillas, en una instalación diseñada para una capacidad máxima de 40,000 personas. Esta megacárcel es un componente central de la estrategia de Bukele para desmantelar organizaciones criminales y reducir la violencia en El Salvador, un país que pasó de tener una de las tasas de homicidio más altas del mundo a índices considerablemente menores en los últimos años.
Durante su visita, Bullrich también exploró la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), donde se reunió con el director César Flores Murillo para discutir los programas de formación y capacitación de las fuerzas policiales salvadoreñas. Este aspecto de su visita destaca la importancia que Argentina podría atribuir a la profesionalización y el entrenamiento especializado como parte de su estrategia de seguridad nacional.
La iniciativa de replicar el "modelo Bukele" en Argentina no está exenta de controversia. Mientras que los defensores del modelo destacan la drástica reducción en la violencia criminal, los críticos señalan las acusaciones de abusos de derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias y denuncias de tortura. Organizaciones internacionales han documentado miles de casos de presuntas violaciones, planteando serias dudas sobre la eficacia del modelo desde una perspectiva de derechos humanos y el Estado de Derecho.
En el plano político, la visita de Bullrich se enmarca en un momento de cambio en Argentina, con un Gobierno liderado por Javier Milei, caracterizado por sus políticas de derecha y una postura firme contra la criminalidad y las críticas. En ese sentido, la intención de importar prácticas de seguridad de El Salvador ya es vista como un intento de adoptar métodos drásticos para enfrentar el crimen organizado en un país con una larga historia de desafíos en materia de seguridad pública.
Las críticas hacia la iniciativa no se limitan únicamente a las preocupaciones por los derechos humanos. También se cuestiona la viabilidad de implementar un modelo que ha sido efectivo en un contexto tan específico como el de El Salvador en una nación como Argentina, con una estructura social y legal diferente. Además, la experiencia salvadoreña no está exenta de debate interno y externo sobre la sostenibilidad a largo plazo de sus resultados en seguridad.
Desde el punto de vista operativo, replicar el modelo salvadoreño requeriría adaptaciones significativas y una evaluación cuidadosa de su impacto potencial en las libertades individuales y el respeto a los derechos humanos en Argentina. Esto plantea un dilema ético y legal que los líderes argentinos deben abordar con cautela y transparencia.
La visita de Patricia Bullrich a El Salvador marca el inicio de un diálogo más profundo entre ambos países sobre las estrategias de seguridad y el intercambio de mejores prácticas en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, también subraya la necesidad de un análisis exhaustivo y equilibrado de los beneficios y riesgos asociados con la adopción de modelos de seguridad tan controvertidos.
El resultado de esta exploración podría tener implicaciones significativas tanto para la política interna de Argentina como para sus relaciones internacionales, especialmente en términos de cooperación y percepción global. La decisión final del Gobierno argentino respecto a la adopción de elementos del "modelo Bukele" será crucial para determinar el curso de la seguridad nacional y los derechos humanos en el país en los próximos años. Aunque no es el único país que explora las maniobras del bukelismo; más cerca, en Honduras, la presidenta Xiomara Castro acaba de anunciar un plan multifactorial en base a las políticas implementadas en El Salvador, según un alto mando de las Fuerzas Armadas.
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