Nicaragua y Corea del Norte desatan la preocupación de la comunidad internacional al establecer una inesperada alianza diplomática y política, estrechando los lazos entre dos de las peores dictaduras del mundo. La decisión de establecer embajadas mutuas genera temores sobre la cooperación tecnológica y militar entre ambos regímenes, planteando interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de esta conexión siniestra.
Por Juan Daniel Treminio | @DaniTreminio
Managua, Nicaragua
En un inquietante y sorpresivo anuncio realizado este lunes 24 de julio de 2023, la administración nicaragüense, a través de la copresidenta y primera dama Rosario Murillo, informó que su régimen establecerá la primera embajada del país centroamericano en Corea del Norte. En reciprocidad, Corea del Norte dispondrá de un representante en Managua. Este acuerdo desata las críticas internas y externas debido al estrechamiento de los vínculos de dos de las peores y más crueles dictaduras del mundo actual, mientras a su vez genera preocupaciones sobre la seguridad de Occidente por el comportamiento bélico del país asiático y sus intereses.
La decisión de Nicaragua y Corea del Norte de instalar embajadas encendido las alarmas entre la oposición nicaragüense y la comunidad internacional. "Ya es ampliamente conocido que esas relaciones solo generan un mayor aislamiento para Nicaragua, y que no traen ningún beneficio económico o comercial para los sectores exportadores del país. Todo lo contrario, más bien nos alejan aún más de los mercados altamente competitivos para nuestros productos, como Europa y Estados Unidos, con quienes aún tenemos acuerdos de libre comercio. Pero además del aislamiento comercial, lo más preocupante son las intenciones de establecer una relación político-militar con los enemigos más fuertes de las democracias occidentales", explica en un texto publicado recientemente el líder cívico, politólogo y expresidenciable de Nicaragua, Félix Maradiaga. Ambos países son conocidos por ser regímenes dictatoriales señalados por graves violaciones a los derechos humanos, censura a la prensa y el extermino de la oposición política.
Antecedentes
Durante la lucha guerrillera de 1979 y la guerra civil en 1984, el régimen sandinista de Nicaragua buscó aliados que apoyaran su causa. En esa búsqueda se toparon con la administración norcoreana, marcando el inicio de una conexión siniestra, por arrastrar similitudes irracionales contra las libertades y los derechos. A lo largo de los años, esta oscura unión dio lugar a la cooperación militar, entrenamiento y compra de armamento entre ambos regímenes, generando tensiones y desconfianza en el ámbito geopolítico regional y continental.
En el año 1990, con la llegada de la democracia, Nicaragua se alejó cautelosamente de dicha tiranía asiática. Con el retorno de los sandinistas en el 2007 esta conexión fue reactivada. La dictadura de Daniel Ortega y su esposa Murillo, sedienta de poder y respaldo, en la actualidad está fortaleciendo sus lazos con Rusia, con Irán (incluyendo negociaciones militares reveladas por medios internacionales), con Kazajistán, con Siria, y ahora también con Corea del Norte, mientras también reconfigura su mapa diplomático.
Las intenciones
La homologación de estas dos naciones plantea serias interrogantes sobre las intenciones detrás de la alianza. Bajo el liderazgo de Kim Jong-un, Corea del Norte ha sido objeto de múltiples sanciones internacionales debido a sus programas nucleares y sus pruebas de misiles balísticos. La cooperación entre este régimen y la dictadura nicaragüense -en medio de su interés por el uso de la energía nuclear "con fines pacíficos" con el apoyo del Kremlin-, podría intensificar la amenaza -o al menos la discusión sobre los riesgos- que representa esta relación para la estabilidad regional, continental y global.
La ubicación estratégica de Nicaragua en América Central, así como la posición geográfica de Corea del Norte en el noreste de Asia, podría brindar ventajas a ambas naciones para potenciar sus intereses políticos, geopolíticos y económicos en diferentes regiones y conectar ambos continentes, como lo intenta el régimen Ortega-Murillo en el caso de China, desde que decidió romper con Taiwán para conectar con el gigante asiático e incluso abrir una embajada en Managua.
Según fuentes consultadas por la Redacción de COYUNTURA, uno de los posibles acuerdos de este acercamiento podría conducirse en el intercambio tecnológico y militar por la capacidad de la administración norcoreana para desarrollar armas nucleares y su amplio historial de pruebas balísticas que han sido motivo de preocupación para la comunidad global. Cualquier estrechamiento con Nicaragua podría ampliar el alcance de estas amenazas.
Más control y represión
"Vamos a trabajar juntos para que esas representaciones políticas, sociales, culturales, diplomáticas, fortalezcan nuestras relaciones que son de décadas", sentenció la copresidenta Murillo durante su alocución el mediodía de este lunes. Las posibles consecuencias de esta conexión también podrían incluir el fortalecimiento de las capacidades de control y represión sobre la ciudadanía. Ambos regímenes se compartirían manuales de censura, vigilancia y sofisticación tecnológica para silenciar a la disidencia y oprimir cualquier forma de protesta.
También podría influenciar en la creación de otras relaciones con más naciones con problemas de gobernabilidad tanto en Centroamérica como en el resto de Latinoamérica, en donde día con día se propagan las prácticas totalitaristas y populistas.
Además, la cooperación entre Nicaragua y Corea del Norte podría dar lugar a intercambios de tecnología, inteligencia y armamento con otros países y grupos con agendas hostiles hacia la comunidad internacional -especialmente los Estados Unidos-, los derechos humanos y los valores democráticos. La comunidad internacional no solo debe permanecer vigilante ante esta colaboración, también debe tomar medidas para contrarrestar cualquier acción que amenace la paz y estabilidad en la región.
Otras alianzas siniestras
Nicaragua es el único países que defiende la invasión de Rusia a Ucrania en la región centroamericana y en América. Por otro lado, recientemente, en el marco de la celebración del 44 aniversario de la Revolución de 1979 en Nicaragua, varias delegaciones polémicas protagonizaron la firma de varios acuerdos de cooperación. La Asamblea Nacional aprobó este martes 25 de julio dos decretos de convenios firmados con Belarús, uno en materia económica y otro en materia educativa. Previamente, el pasado jueves 20 de julio, con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Belarús, Serguéi Aléinik y Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial, se suscribieron cinco acuerdos sobre "cooperación económica y comercial, cultural, visado y suministro de camiones", sin conocerse más detalles al respecto.
Ese mismo jueves, el Canciller sandinista Denis Moncada y el viceprimer ministro y ministro de Agricultura de la región separatista de Abjasia, Beslan Dzhopua, firmaron un programa sobre "actividades de cooperación mutuas en áreas de educación, cultura y deporte".
El reconocimiento de Nicaragua a las naciones separatistas está relacionado a las estrechas relaciones entre Ortega y el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Ahora el objetivo del comandante rojinegro también es estar más cerca de Kim Jon-un.
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