En los últimos días la dictadura de los Ortega-Murillo ha intensificado sus mensajes de odio y amenazas que de forma permanente promulgan contra diferentes sectores de la sociedad nicaragüense. Varios actores del régimen han salido a declarar bajo un denominador común “balas y muerte” ¿Qué estará pasando en El Carmen? ¿Ven algo que nosotros no vemos o será el efecto de la "brisa boliviana"?
El dictador Daniel Ortega junto a Evo Morales en Nicaragua - Fotografía cortesía
Contra los empresarios
El pasado 8 de noviembre durante un discurso conmemorando a Carlos Fonseca, Ortega se ensañó contra el sector empresarial y amenazó indirectamente con implementar las confiscaciones: “Yo quisiera ver a esas empresas sin los trabajadores, quién las va echar andar, quién las va hacer producir; en cambio, las empresas sin patrones saben producir", dijo de forma desafiante el dictador.
Para algunos empresarios el discurso de Ortega deja clara sus intenciones de regresar al pasado. Tanto el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) y la Cámara de Comercio Americana en Nicaragua (Amcham) rechazaron dichas aseveraciones y recordaron al régimen que ha sido el sector empresarial quien le ha dado estabilidad al país durante los últimos 12 años.
Para algunos analistas el mensaje de Ortega revela una vez más su temor de que los empresarios decidan ir a un paro indefinido que ponga contra las cuerdas su régimen; para otros es un llamado obsceno de regresar al matrimonio que mantuvieron durante años.
Las viudas de Evo
Con la renuncia de Evo Morales el pasado 10 de noviembre, seguramente en El Carmen el ambiente estuvo denso, y era de esperarse. Evo era uno de los principales aliados de la dictadura y renunció a la presidencia de Bolivia presionado por la ciudadanía que denunciaba el fraude electoral. El primero en pegar el grito al cielo fue Carlos Terán recetando “plomo” a quienes crean que la renuncia de Evo tendrá efectos en Nicaragua.
Tuit de Carlos Terán recetando "plomo" a quienes crean que la renuncia de Evo tendrá efectos en Nicaragua - Captura de Twitter
El sermón de la autócrata Rosario Murillo durante la mañana del 11 de noviembre fue irracional, como de costumbre: “Que escuchen, que escuchen, que escuchen esos racistas, esos pro-imperialistas, esos sicarios, esos imperios, que escuchen, estamos en las luchas y somos nobles. Los golpes, esos infames golpes de Estado sabemos que no quedarán impunes”, dijo Murillo, refiriéndose a la renuncia de su aliado.
Entre Cero y Porras
La renuncia de Evo obligó al sancionado Gustavo Porras a hacer llamados de “alerta” a la militancia de Ortega ante cualquier reacción de la oposición nicaragüense: “Que sepan los peleles que aquí estamos unidos y que nosotros no vamos a permitir que jueguen con nuestro país”, dijo, repitiendo varias de las palabras que utiliza Rosario en sus discursos de odio.
“Hemos acordado convocar a todas las fuerzas de la revolución a tensar al máximo nuestras fuerzas. Si aquí nosotros no actuamos, ellos quisieran actuar como sucedió ahorita en Bolivia… aquí estamos organizados y alertas”, dijo preocupado el presidente sin funciones de la Asamblea Nacional de Ortega el pasado lunes 11 de noviembre.
Sin embargo, al día siguiente, Edén Pastora, durante un programa oficialista, preocupado por los acontecimientos de Bolivia previno la necesidad de buscar un sucesor de Ortega: “Hay que organizar el congreso nacional (del FSLN) para definir quién será el próximo dirigente… a mí me preocupa que ahora le obedecemos a Daniel porque lo queremos, más que por disciplina”.
Nuevamente el sancionado Porras tuvo que volver a salir a aplicar un calmante a Cero y a los fanáticos de su partido afirmando que no habrá sucesor, que Ortega será el único candidato y que se preparan para el triunfo del 2021.
Los paras de Estelí
Siguiendo el guión de “plomo y muerte” que dicta la pareja presidencial, un grupo de paramilitares replicaron las amenazas de Porras en caso de que alguien intente replicar la brisa boliviana en Nicaragua. “Estamos alerta ante cualquier acción golpista, si levantan las manos se las bajaremos”, manifestaron los encapuchados que se autodenominan “Frente Norte Carlos Fonseca”. Se trata de un grupo irregular radicado en el departamento de Estelí que dirigió ejecuciones en la zona norte durante los tranques.
Juan Carlos, el hazme reír
Durante la noche del miércoles 14 de noviembre, Juan Carlos Ortega Murillo, hijo de la pareja dictatorial, emitió una especie de comunicado junto a un grupito de personas desconocidas en las afueras de las oficinas del COSEP. En su curiosa e inusual aparición dio a conocer el lanzamiento de un Movimiento denominado “4 de Mayo”. Se convirtió en el “hazme reír” en las redes sociales, pero su mensaje fue alarmante.
“La libertad no se conquista con flores, sino a balazos”, dijo, citando una frase de Sandino. La intención del mensaje es muy clara: amenazar a empresarios y opositores.
Es la primera vez que alguien de la tribu dictatorial aparece en público haciendo ese tipo de declaraciones. Queda en duda si fue enviado por sus padres para advertir en cuanto a la defensa de sus capitales o si fue un desliz emocional provocado por la brisa bolivariana.
“Buscar las armas para tomar el poder”
Evidentemente la dictadura de Nicaragua está seriamente afectada por la renuncia de Evo Morales. El jueves 14 de noviembre algunos miembros del Alba se reunieron de forma emergente en Managua y Ortega tuvo la responsabilidad como anfitrión de encabezar el discurso en el que por enésima vez amenazó a sus opositores y a los empresarios.
Pero este discurso fue más severo, violento y determinante. Fue la imagen de un guerrillero demacrado y decadente promulgando la guerra y a la vez descartando la vía electoral.
El jueves 14 de noviembre algunos miembros del Alba se reunieron de forma emergente en Managua - Fotografía cortesía
"Hemos apostado a la vía electoral, pero lo de Bolivia es una prueba de fuego para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral, de lo contrario, los pueblos se sentirán con todo el derecho y la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria", dijo Ortega.
No es la primera vez que Ortega llama al alzamiento militar, ya que controla todas las armas del Estado; gobernando desde arriba y desde abajo, el Frente Sandinista ejecuta, en crisis y fuera de crisis. Lo determinante del mensaje es que a todas luces Ortega y sus súbditos temen que en Nicaragua se replique lo sucedido en Bolivia y tanto él como su homologo dictador venezolano están obligados a blindarse para perpetuarse en el poder. El mensaje no puede ser más claro.