Cuando el pueblo se levante, y que todo haga cambiar, ustedes dirán conmigo no bastaba con rezar…. (No basta rezar, Los Guaraguao)
Nicaragua cumple un mes desde el inicio de las protestas pacíficas que fueron reprimidas violentamente por las fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional y las turbas afines al gobierno Ortega-Murillo, donde su principal método es la violencia acompañada de impunidad por parte de las autoridades policiales, que hasta brindan protección a las turbas mientras agreden a manifestantes.
Las manifestaciones detonaron por polémicas reformas a la seguridad social que estaban enfocadas en objetivos meramente recaudatorios a costa de las empobrecidas pensiones y jubilaciones de miles de nicaragüenses; obviando que los problemas estructurales del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) se deben a la mala administración de los últimos 28 años de gobiernos neoliberales, con especial énfasis en los 11 años de la administración Ortega-Murillo, donde las inversiones poco transparentes en proyectos inmobiliarios, crecimiento de la planilla del INSS, y salarios elevados de los funcionarios han profundizado en la crisis económica de la institución.
Desde Coyuntura repasamos los principales acontecimientos cuando ya se cumple un mes las represiones gubernamentales, que dejaron un saldo de más de 60 muertos, 200 heridos y desaparecidos.
No solo fue la seguridad social
Las inconsultas reformas a la seguridad social fueron la gota que rebalso el vaso de agua de la paciencia del pueblo nicaragüense. La quema de la reserva biológica de Indio Maíz había generado un sentimiento generalizado de indignación por la pasiva respuesta gubernamental ante la catástrofe ambiental, donde se negó ayuda internacional de algunos países, se deslegitimizo y criminalizo las denuncias que la Fundación del Río hiciera sobre el desastre.
La persecución a dicha organización puso en relieve el autoritarismo con que se gobierna en Nicaragua, las muestras de solidaridad a la causa de #SOSIndioMaiz resultaron en marchas de estudiantes autoconvocados para demandar beligerancia de las autoridades, aún más cuando los gobiernos territoriales denunciaron un proyecto para la construcción de una carretera por la zona afectada.
El 12 de abril creció el número de jóvenes frente a la UCA. Cuando pretendieron marchar por calles céntricas de la capital, reclamando información veraz sobre el incendio, aparecieron por primera vez policías antimotines para impedirlo. Golpearon a varios, mientras otros policías protegían la contramarcha de la JS, que desfiló acuerpada por las fuerzas de choque del gobierno: hombres en moto, cubierto el rostro con el casco y armados con garrotes o armas de fuego.
Las marchas estudiantiles fueron reprimidas por la policía nacional y las denominadas turbas orteguistas que con total impunidad golpearon a los manifestantes en presencia de las autoridades policiales. A pesar de esto las juventudes siguieron en pie de lucha para repudiar la ineficiente respuesta gubernamental.
Vienen ya, días de amar la casa que habitas, días de amar la tierra, vegetal, flor y animal. (Días de Amar. Dúo Guardabarranco)
Y llegaron las reformas
El lunes 16 de abril el INSS, por medio de su portavoz y un sinnúmero de jóvenes con camisas orteguistas, da a conocer las reformas que se ejecutaran para, según ellos, salvar la institución y mejorar el sistema de seguridad social en el país. Luego de esto fueron cientos de nicaragüenses que compartieron su repudió hacia dichas reformas por medio de Facebook, Twitter y plataformas digitales. Jóvenes auto-convocados organizaban desde ya manifestaciones en contra del INSS y el Estado por intentar recaudar más dinero del que deberían en lugar de encarcelar a los culpables de la quiebra de la institución y obligar a otras entidades a pagar sus deudas con el pueblo.
Fue un mal momento para anunciar dichas reformas debido a que aún están recientes los hechos ocurridos en la Reserva de Biosfera Indio Maíz y el pueblo no ha olvidado, ni olvidará, la incapacidad de Daniel Ortega y sus instituciones ante hechos de esa magnitud.
Por medio de radios, redes sociales, canales de televisión (muy pocos) y plataformas independientes, los nicaragüenses empezaron a repudiar las acciones del Gobierno y dijeron: ¡basta ya! Daniel Ortega de forma bastarda y sin pudor envió a varios ancianos y jóvenes a diversas rotondas de Managua para demostrar el "apoyo" que la sociedad da a sus reformas. Buses llenos de jóvenes estudiantes de secundaria y vándalos se tomaron las calles, rotondas y universidades públicas del país.
En el mundo no habrá paz mientras haya explotación, del hombre por el hombre y exista desigualdad. (No Basta Rezar, Los Guaraguao)
El sector privado toma distancia
Para el día martes 17 de abril tanto el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) y la Cámara de Comercio Nicaragua – Estados Unidos (AMCHAM) se pronunciaron por la falta de consultas para realizar dichas reformas en el tan acostumbrado “modelo de diálogo y consenso” que el gobierno presume con sindicatos de trabajadores (simpatizantes oficialistas), empresas y gobierno; en donde verdaderamente funcionaban para reconocer al sector privado como los únicos interlocutores válidos para discutir el destino del país.
Este modelo de dialogo era el espacio por excelencia donde la cúpula gobernante en contubernio con el sector privado se repartían el país y sus recursos sin que se cuestionaran sus acciones. De ahí han surgido las nefastas negociaciones del salario mínimo, y las millonarias excepciones a las empresas.
También se hizo efectiva la publicación en La Gaceta (diario oficial del Estado) las reformas al INSS en donde el presidente firma y da a conocer a la población el decreto.
Las turbas con libertades para delinquir
El miércoles 18 de abril el oficialismo desplego por todas las rotondas de la capital a ancianos y demás simpatizantes a repetir un discurso de apoyo a las reformas, como una forma de ayudar a la estabilidad del INSS y beneficiar a la clase trabajadora como los jubilados. Pero también se autoconvocaron ciudadanos que se unían a los universitarios plantados en la Universidad Centroamericana (UCA) e inmediaciones de la pista de Camino de Oriente, donde las infaltables turbas lucieron sus mejores armas hechizas para intimidar, golpear y herir a plena luz del día y ante la presencia de la ciudadanía que a diario circula por esa vía a los manifestantes que pacíficamente expresaban su indignación.
Los motorizados armados tampoco faltaron, y que en plena coordinación con agentes policiales amenazaron a los manifestantes de la UCA, y sin bastarles tantas libertades para delinquir ingresaron a las instalaciones universitarias, dañando todo a su paso, en clara muestra de que el régimen no está dispuesto a soportar opiniones contrarias, y la población está obligada a aceptar lo decidido.
La censura como política oficial
Tanto periodistas independientes, así como enviados de medios internacionales fueron censurados por el régimen por atreverse a transmitir minuto a minuto los hechos acontecidos. Esta práctica no es nueva pero en esta ocasión tuvieron manifestaciones más fuertes, dado que los jóvenes manipulados que conforman las distinguidas turbas de Juventud Sandinista golpearon y robaron costosos equipos de prensa a vista y paciencia de las autoridades.
El jueves 19 de abril fueron sacados del sistema de cable los pocos medios televisivos independientes que aún quedan en el país, al estar transmitiendo de forma simultánea las imágenes que causaban horror a la ciudadanía por el desfile de jóvenes heridos que con toda la valentía que les provocaba la indignación de más de diez años se imponían a la policía y las turbas oficialistas.
Las redes fueron claves
A la falta de medios que dieran cobertura, las redes sociales jugaron un papel clave desde el inicio de las protestas desde donde se realizaban las denuncias, convocatorias y se transmitían las represiones y violencia con que se les trataba. El país entero seguía con detenimiento todo lo que estaba pasando por medio de Facebook, Twitter e Instagram; las imágenes de los estudiantes en el hospital fuertemente golpeados, los que sangraban de diversas partes del cuerpo, o las transmisiones en vivo de cuando las turbas estaban en pleno apogeo agrediendo a alguien.
La sociedad nicaragüense comenzaba a mostrar cada vez más el rechazo a la violencia estatal y paramilitar, apoyado a los estudiantes o convocándose para sumarse a los plantones y marchas pacíficas.
Que vivan los estudiantes, jardín de nuestra alegría. Son aves que no se asustan de animal ni policía. Y no le asustan las balas ni el ladrar de las jauría (Que vivan los estudiantes, Los Guaraguao)
Despertó el gigante universitario
En solidaridad por los ciudadanos reprimidos el día anterior, pero sobre todo por las barbaridades que por diez años el gobierno realizaba en Nicaragua, ese mismo 19 de abril el gigante adormecido de las distintas universidades había despertado. La Universidad Agraria (UNA), Universidad de Ingeniería (UNI) y la Universidad Politécnica (UPOLI) se sumaron al levantamiento que ya había surgido efecto en algunos municipios del país. La represión no se hizo esperar y se desataron feroces enfrentamientos entre estudiantes, policías y las infaltables turbas que operan en coordinación con la policía.
Lo que comenzó como un plantón pacifico en la UPOLI se convertiría después en un verdadero campo de batalla, únicamente visto en los enfrentamientos por la lucha del 6% a finales de los años 90 y principios del 2000. Aunque es importante destacar que estas nuevas luchas surgieron de manera espontanea y sin organización previa, fue el malestar y solidaridad estudiantil lo que les motivo.
Los estudiantes se atrincheraron en la UPOLI para resistir los ataques hasta que oficializaron la toma de las instalaciones y convocaron a la población a unirse en solidaridad con su causa, llevándole víveres, medicinas y demás insumos.
Los barrios que rodean la universidad también se levantaron en contra de la policía y en resguardo de la vida de los estudiantes. Las trincheras y vigilancia permanente las 24 horas del día por parte de los vecinos fue crucial para la resistencia que hasta el día de hoy mantienen los universitarios que siguen atrincherados en dicha casa de estudio.
La suma a las protestas generalizadas por parte de estas universidades marcan un antes y un después en el movimiento universitario de Nicaragua, dado que dichas universidades eran totalmente controladas por el brazo estudiantil del partido de gobierno, la corrupta Unión Nacional de Estudiantes Universitarios (UNEN), donde no se puede olvidar el enriquecimiento de sus dirigentes a costas del 6% del presupuesto general de la república que reciben las universidades públicas y buena parte de dichos fondos son administrados por esta estructura.
La solidaridad es criminalizada
Ante la toma de la UPOLI como de la UNI, la población se desbordo desde el 20 de abril para llevar medicina, comida y agua a los estudiantes. Rápidamente se hizo saber por las redes que la policía nacional estaba quitando en tiendas y supermercado las compras que claramente iba hacer destinada a los universitarios.
Surgió así una especie de “casas de seguridad” que de forma clandestina recibían los víveres para luego hacerlos llegar a las universidades. Esta criminalización a la solidaridad ciudadana alcanzó su máximo nivel cuando policías y turbas persiguieron, acorralaron y mantuvieron encerrado por varias horas a estudiantes y pobladores que habían llegado hasta la Catedral Metropolitana de Managua para dejar sus respectivas donaciones, esto marco grandemente a la ciudadanía que cada vez más dejaba de creer en el discurso de amor, paz y solidaridad que pregona todos los mediodía en medios oficialistas la vicepresidenta, primera dama y vocera gubernamental Rosario Murillo.
La indignación se adueñó del país, y de distintas zonas del país se levantaron más marchas a favor de los estudiantes, rechazo a las reformas, pero sobretodo a la violencia con la que también fueron reprimidos. Esto llevó a que bastiones históricos del sandinismo como el barrio indígena de Monimbo se alzara de forma aguerrida en sábado 21 de abril en contra de policías y turbas, tal como lo hicieron en la lucha contra la dictadura de los Somozas.
La muerte llego para quedarse
Desde el 20 de abril que se reportó la primera persona muerta a consecuencia de la represión policial, las cifras no paran de crecer. Las redes son testigos nuevamente de un nuevo capítulo en la historia de Nicaragua y las luchas de las juventudes que se manchan de sangre de hermanos nicaragüenses.
Al llegar al primer de estos hechos se manejan cifras de un poco más de 60 personas muertas entre estudiantes, pobladores que se manifestaban, y policías; sin obviar los más de 200 heridos, y desaparecidos que fueron sacados de sus casas por policías. Todo esto en un mes donde el autoritarismo con que se gobierna el país no perdona la rebeldía de la juventud.
A pesar de las cifras de muertes que se reportan, los organismos de derechos humanos tienen registradas casi 50 casos, y muchos más que no han sido reportados por miedo de los familiares de las víctimas mortales en recibir represarías. Las muertes se contabilizan en varias zonas del país, y que han aumentado por los distintos focos de violencia que surgieron luego que la población se manifestara desafiando el discurso de Rosario Murillo que tildaba de minúsculos y vandálicos a estudiantes y protestantes.
Ni el anuncio del presidente del domingo 22 de abril para cancelar las polémicas reformas a la seguridad social sirvió para detener el derramamiento de sangre que aún continúa; en donde ya la lucha no es por la seguridad social, es por las múltiples violaciones a la constitución, la corrupción pública descarada, encubrimiento a Roberto Rivas por sus fraudes electorales y fortuna a costa del Estado, así como el secuestro de los poderes del Estado y la dinastía familiar de los Ortega – Murillo.
Qué decir de los saqueos solidarios
Posterior al anuncio del presidente que cancelaba las reformas e invitaba únicamente al sector privado su viejo socio en los negocios a dialogar, y que dicha invitación fuese rechazada surgieron desde el 22 de abril los denominados “Saqueos solidarios”, por contar con destacada organización, y con acompañamiento de policías a los saqueadores que fue denunciado por la misma población mediante vídeos en redes sociales, y en donde se ve claramente a policías participar de los saqueos.
La mayor parte de los saqueos fueron a los supermercado Palí y MaxiPali de la transnacional WallMart que tiene presencia nacional y es donde acude la mayor parte de la población para abastecerse, generando caos, miedo y confusión a la ciudadanía que termino por asegurar que era una jugada del gobierno para justificar represión, deslegitimizar a estudiantes y que la población dejara de sumarse a las manifestaciones.
Es importante destacar que en muchos de los saqueos los medios oficialistas llegaban incluso al mismo tiempo que los saqueadores, eran los únicos en dar informar donde “pretendían saquear” los vándalos y estaban desplegados por toda la capital para dar cobertura en vivo y en directo de los acontecido, como si ya supiesen donde iba a surgir el siguiente saqueo.
Lo mismo ocurrió en otros departamentos, donde la población utilizaba las redes para probar que las turbas organizadas por el gobierno quemaban edificios públicos para culpar inmediatamente a los estudiantes que seguían en resistencia. Esa táctica se llevó a su paso varias municipalidades incendiadas, casa de campaña del partido gobernante, entre otras instituciones en las que difícilmente hacían presencia el cuerpo de bomberos o ambulancias.
Dialogo sí, pero ampliado y con testigos
La oferta del dialogo que fue rechazada por el sector privado, tuvo un giro cuando el COSEP solicito que se ampliara a más sectores del país y contara con la mediación de los señores obispos de la Conferencia Episcopal. De tal manera que de la misma forma que el gobierno dio la espalda al sector privado en las reformas a la seguridad social, estos se atrevieron a convocar el 23 de abril a una marcha nacional con la población autoconvocada, empleados y sus empresas afiliadas.
Managua se vistió con el azul y blanco de la bandera nacional en la primera gran marcha nacional con la participación de miles de nicaragüenses que llegaron a sumarse por la paz, el dialogo y no violencia. Nunca antes visto en los once años de gobierno sandinista neoliberal una manifestación de esas proporciones, lo que dejó al descubierto que la Nicaragua apática a participar de la vida política del país había desaparecido, y que a todo pulmón expresaba: ¡Que se vayan! ¡No más dictadura!
Al día siguiente de la marcha, los señores obispos aceptaron ser mediadores y testigos del dialogo nacional, llamando también a sus fieles y población en general a una gran peregrinación por la paz, que se efectuó el 28 de abril a nivel nacional, que inundo nuevamente la capital de creyentes, no creyentes, empresarios, estudiantes y hasta campesinos anticanal que no habían podido llegar a la capital para sumarse a las protestas. La presión que genero la peregrinación e la capital, como el los demás departamentos causaban más presión a un gobierno no acostumbrado a dialogar, sino a ordenar y usar la violencia para hacer cumplir.
La participación de los obispos en el tan esperado dialogo ha generado un liderazgo en la iglesia católica para que surja la confianza entre las partes, algo que se ya se ha perdido en la élite política y económica del país. Es decir no hay nadie en quien confiar para que represente sensata, transparente y confiablemente los intereses de la población.
Se pronunció el mundo
Desde que estalló la crisis de abril en Nicaragua, varios países sobre todo de América Latina se pronunciaron de forma tibia por lo que pasaba en Nicaragua. Países como Brasil, Argentina, un diputado de Uruguay, México, entre otros hicieron sus respectivos pronunciamientos; pero se destaca lo dicho por funcionarios de la administración de Estados Unidos.
La Casa Blanca mediante su portavoz hizo saber sobre: “la repugnante violencia política de la Policía y de los matones pro gubernamentales contra el pueblo de Nicaragua, en particular los estudiantes universitarios, que ha conmocionado a la comunidad internacional democrática”, en un comunicado el 24 de abril, rompiendo de esta manera con el frío trato internacional.
Nuevamente el 2 de mayo, ya en palabras de su Vicepresidente: “En las últimas semanas, el gobierno de Nicaragua ha reprimido brutalmente a su propio pueblo por alzar sus voces en protestas pacíficas” y continuo diciendo: “Estaremos del lado de todos los que aspiran a la libertad y confrontaremos a sus opresores”; palabras que se dijeron en el marco de la juramentación del nuevo Representante Permanente de Estados Unidos en la OEA, donde también se espera que haga presión al régimen de Managua.
El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas hizo lo propio a recordar los compromisos de Nicaragua a los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos, así como el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) que a la fecha ya lleva tres comunicados sobre la situación de Nicaragua, pero que hacen especial énfasis en el cumplimiento a los acuerdos de Esquipulas II durante el conflicto armado en la región, donde se logra la paz anteponiendo el dialogo, la paz y estabilidad ante la violencia gubernamental.
Jugadas del gobierno
En el marco de los acuerdo con la OEA posterior a las cuestionadas elecciones municipales del 2017, donde el jefe de delegación del organismo hemisférico Wilfredo Penco fue cómplice del fraude, además de no hacer publicó su informe de “acompañamiento”, arribo nuevamente a Nicaragua el 26 de abril para avanzar en las dichosas reformas al sistema electoral, precisamente en plena crisis como que con eso iban a apaciguar a todo un país harto de los abusos de poder.
Para el 29 de abril, rápidamente la asamblea de diputados levantamanos del régimen crean una desacreditada Comisión de la Verdad y Justicia, según ellos con las intenciones de investigar lo acontecido, pero que graciosamente estaba integrada por cuadros “notables” de simpatizantes al oficialismo, lo que nos deja en perspectiva la nula voluntad del gobierno en dar pasos firmes para superar la crisis, aún sabiendas de las millonarias pérdidas económicas, pero sobre todo la creciente violencia en cada rincón del país y en diversas manifestaciones.
La marcha oficialista no podía faltar en el escenario, la conmemoración del día internacional de los trabajadores el lunes 30 de abril mediante un acto con la presencia del presidente, y la plaza de las victorias llenas de trabajadores públicos y los ya menos simpatizantes al partido traídos desde comarcas y barrios de Managua, el presidente no acepto la responsabilidad estatal, no dio las acciones a tomar para superar la crisis nacional, y se limitó para hablar de su voluntad de dialogo, de querer la paz y no violencia, mientras felicitaba a la dirigencia de la Juventud Sandinista, la misma de encabezar las turbas que habían dejado lutos en las familias nicaragüense, provocando más el rechazo colectivo a sus palabras y acciones, por interpretarse mayor impunidad para reprimir o matar a la JS.
“Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano”. (Desconocido)
Se instala el dialogo, ¿y ahora qué?
Las marchas, platones y derribamiento de árboles de la vida por toda Managua continuaron posterior al primero de mayo, y finalmente el miércoles 9 de mayo la sociedad civil convoca nuevamente a otra marcha nacional para seguir presionando al régimen en aceptar su responsabilidad, detenga la violencia y se investiguen las muertes de ciudadanos a manos de policías y turbas que les acompañan.
Desde el 9 de mayo no se perfilaba un cambio de rumbo a la situación, las protestas crecían en todos los municipios del país, en la capital plantones a diarios, al igual que la represión y las muertes. Finalmente los señores obispos dieron un ultimátum al gobierno exigiendo garantías para proceder al dialogo. Dichas garantías se enfocaban en permitir el ingreso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar las muertes, así como acabar con la violencia y represión por parte de la policía y grupos paramilitares afines al gobierno.
El domingo 13 de mayo mediante el Ministerio de Relaciones Exteriores se oficializo el permiso para ingresar al país la CIDH para “acompañar” el proceso de investigación de la violencia en el país, lo que ha generado un poco de confianza previo al dialogo este gesto del gobierno, que cada vez más cuenta sus días en el poder.
Finalmente el 16 de mayo se instaló la tan esperada mesa del dialogo nacional con la presencia de diversos sectores, entre ellos estudiantes, sociedad civil, trabajadores, y universidades, a pesar que siguen demandas de otros sectores de participar, tal como los campesinos anticanal. La primera sesión sirvió para exigir al presiente que cediera en retirar a la policía de las calles, que dejaran de reprimir y matar, pero sobre todo para gritarle cantidad de verdades como desahogo de la indignación, entre ellas la que hiciera Lester Alemán en representación de los universitarios: - “Señor presidente, esta mesa de diálogo es para negociar su salida del poder”.
A pesar de negar la represión gubernamental, así como su acostumbrado discurso de historia y de sus falsas palabras de amor, paz y no violencia, ni el presidente Ortega ni Rosario Murillo se pronunciaron sobre los puntos más claves que se esperan con ansias abordar. Así mismo el discurso oficial sigue siendo que las protestas son financiadas por Estados Unidos en un claro intento de desestabilizar el país, pero que desean la paz y que todo vuelva a su rumbo….pero a su medida por supuesto.
En horas de la tarde del 17 de mayo, solo un día después de la sesión de instalación del dialogo y un día antes del siguiente encuentro para la continuidad del mal instalado dialogo llego al país la primera parte del equipo de la CIDH con un varios relatores especializados en temas claves como: libertad de expresión, personas detenidas, torturas, entre otras, lo que brinda un respiro a las conversaciones que se sostendrán el día de hoy 18 de mayo.
Se espera que se avance en definir finalmente los temas a dialogar, pero que por propuesta del sector privado y que los universitarios han secundado, se destacan la investigación de las muertes, elecciones libres y transparente mediante reforma electoral, democratización de las instituciones del Estado, y eliminación de la corrupción y el mejor manejo de la seguridad social; sin obviar la salida inmediata del presidente y su cúpula (principal petición de los estudiantes).
Mientras tanto nos toca esperar, pero no con pasividad
Dejar que avance el cuestionado dialogo para que el país vuelva a la calma es meramente una oportunidad para que el baño de sangre deje de correr, pero que además Nicaragua no vuelva a repetir la historia en sacar al tirano por las armas, volviendo a traspasar el poder de forma pacífica, a como se hizo en la década de los años 90, cuando por segunda vez en la historia de esta desdicha nación conocíamos de eso.
Nos queda la gran tarea de comenzar a reconstruir una ciudadanía consciente, que no deje de apagar la llama por participar en la vida política del país, dejando todo a manos de los políticos y empresarios que tan mal nos han pagado. De desmotar la perversa figura del caudillo autoritario, mesiánico, prebendario, corrupto, y providencialista que tanto mal ha hecho a nuestra Nicaragua.
Esta ruptura social nos obliga a enseñar a nuestros hijos e hijas que es posible otra forma de hacer política si asumimos nuestra responsabilidad de construir un país mejor para nosotros y los que vienen, para que la ausencia de los que ya no están con nosotros no sea en vano.
Hay que emprender la batalla de desmentir el discurso oficialista de que somos minúsculos grupos de vándalos pagados por la derecha y el imperio gringo; debemos de seguir dejando claro que los nicaragüenses somos capaces de pensar, de indignarnos y actuar cuando se nos colma la paciencia de tantos abusos, que la derecha son quienes se robaron los ideales de Sandino y de la causa de la revolución sandinista para ser los nuevos ricos del país con las practicas más neoliberales que todos los gobernantes que ha tenido este bello país.
Pero sobretodo que el discurso del intervencionismo gringo esta desfasado en Nicaragua, y que solo ha quedado en los frustrados y rancios dinodirigentes del actual régimen que no les queda más que repetir el discurso para recibir los privilegios de los que hasta el 19 de abril gozaban festivamente; hoy están en crisis porque saben que ya las prebendas que el caudillo les daba a cambio de lealtad se les acaba, a como se acaban los días en el poder del actual gobierno.
¡Ni un paso atrás!, hay que continuar en la protesta pacífica para recuperar los días en los que manifestarse libremente se nos había negado, estar en constante vigilancia ciudadana en el dialogo para que no sigan engañándonos como en los últimos 11 años, pero ante todo hay que continuar gritando que los muertos ¡Eran Estudiantes, no eran delincuentes! Y solicitando fervientemente que los desaparecidos ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!