Más de 30 indígenas muertos y otros lesionados son lo que han dejado más de 6 años de conflictos entre los indígenas de la Costa Caribe y los llamados "colonos", según el Centro por la Justicia y los Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (CEJUDHCAN).
La situación que se vive en los pueblos indígenas de Nicaragua es alarmante. Lottie Cunningham, presidenta de CEJUDHCAN, afirmó a La Prensa que "la situación en las comunidades está tensa nuevamente. ¡Todas están en alerta!” pero eso, al parecer, no es importante para el gobierno de Nicaragua.
Cunningham también mencionó la impunidad en la que quedan los crímenes de las y los indígenas y que ello es una de las causas por las cuales continúa la violencia en esos territorios y comunidades. Según ella en Prinzu Awala, dentro del municipio de Prinzapolka, ocurrió un doble crimen durante la primer semana del mes de Septiembre de este año y en Diciembre del 2016 fue asesinada una familia indígena sin que hasta ahora, casi finalizando el 2017, las autoridades hayan hecho justicia.
El dolor por el que pasan las y los indígenas es inimaginable debido a que no solo se trata de personas que desean apoderarse de las tierras de los habitantes, sino también de sus recursos y hasta vidas. La cantidad de empresas que se están instalando y realizando sus operaciones en la Costa Caribe de Nicaragua es exagerada y a pesar de ello no existe el progreso en las comunidades. En Kukra Hill, cuya población en el 2005 era de 8,790 personas, existen más de 4 empresas productoras de aceite de palma africana y lo que están haciendo es destruir los recursos naturales de la comunidad y la región como tal.
El Gobierno ignora descaradamente la situación que están viviendo los indígenas nicaragüenses y prueba de ello es que a inicios del mes de Septiembre, Nicaragua no asistió a una reunión privada que se programó durante el período número 164 de las sesiones de la Comisión Interameticana de Derechos Humanos (CIDH) que se llevó a cabo en México.
Las autoridades correspondientes se niegan a llevar los casos y dejan "en el aire" las muertes de las y los indígenas nicaragüenses que lo único que hacen es defender su tierras, familias y recursos.
Uno de los casos más sonados en Nicaragua fue el asesinato en el casco urbano de Waspam del ciudadano Mario Leman, quien era miembro del Directorio de la Organización Indígena de Yatama. Ese hecho ocurrió hace dos años y ninguna institución del sistema de justicia de Nicaragua ha ejecutado ninguna acción al respecto y mucho menos investigar sobre los acontecimientos de ese crimen.
Pero no solo pasa en la Costa Caribe. La inseguridad jurídica a la cual se enfrentan productores y propietarios de tierras indígenas de Sébaco es un hecho latente y fue denunciado, en Agosto de este año, por cuatro ciudadanos en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
Los indígenas de nuestro país están muriendo y el Estado de Nicaragua ignora dichos eventos de forma imperdonable. Los nicaragüenses, en especial los que habitamos en la capital, debemos dejar a un lado el "managuacentrismo" y preocuparnos por la situación de todo el país. Sin importar de donde sean las personas asesinadas (Costa Caribe, Matagalpa, Ocotal, entre otros departamentos y regiones del país), ellas y ellos son ciudadanos de Nicaragua y no se puede permitir que estos hechos continúen. Murieron por sus hogares, familias y recursos y quienes las y los asesinaron están libres y destruyendo los recursos de nuestro país