Este lunes 23 de septiembre de 2024, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y pobladores del Bajo Aguán se reunieron para llevar a cabo un plantón en la carretera CA-5, a la altura del kilómetro 14 de Zambrano, en el departamento de Francisco Morazán, a poco más de 40 kilómetros de la capital, Tegucigalpa. La manifestación, que paralizó por varias horas de la mañana de hoy ambos carriles de la salida al norte de la capital, es parte de una creciente exigencia de justicia por los asesinatos de dos destacados defensores del medio ambiente: Juan López y Berta Cáceres. Este bloqueo es un "grito desesperado contra la impunidad que sigue persiguiendo a los responsables de la muerte de quienes han dedicado su vida a la defensa de los recursos naturales en Honduras", según fuentes locales.

El reciente asesinato de Juan Antonio López, ocurrido el 14 de septiembre de 2024, ha desatado una ola de indignación tanto a nivel nacional como internacional. López, regidor de la Alcaldía de Tocoa y miembro del partido oficialista Libertad y Refundación (LIBRE), fue brutalmente atacado a balazos mientras estaba dentro de su vehículo, a las afueras de una iglesia en la colonia Fabio Ochoa de Tocoa, Colón. Como defensor del medio ambiente, López había sido un opositor acérrimo a los proyectos mineros en la región y, días antes de su muerte, había exigido públicamente la renuncia del alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, a quien acusaba de estar vinculado a intereses extractivistas.

La vida de Juan López estuvo marcada por su incansable defensa de los bienes comunes, como el Parque Nacional Montaña de Botaderos "Carlos Escaleras" y los ríos Guapinol y San Pedro. Su activismo no solo lo convirtió en un líder respetado en su comunidad, sino también en un blanco de poderosos enemigos. A pesar de contar con medidas de protección otorgadas por el Mecanismo Nacional de Protección para Defensores de Derechos Humanos y medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), López fue una víctima más de la violencia que persigue a quienes defienden el medio ambiente en Honduras.

Desde 2010, más de 40 defensores del medio ambiente han sido asesinados en el país, 18 de ellos solo en 2023. Este patrón de violencia sistemática no es exclusivo de Honduras, sino que también afecta a otras naciones de Centroamérica, como Nicaragua, Guatemala y Panamá. La impunidad que rodea estos crímenes sigue siendo una sombra sobre el sistema de justicia, mientras las comunidades continúan exigiendo respuestas y protección efectiva para quienes arriesgan su vida por el bienestar del planeta y de las generaciones futuras.