El conflicto en Medio Oriente sigue escalando a niveles alarmantes, con una nueva serie de ataques israelíes que han dejado decenas de muertos y heridos tanto en el norte del Líbano como en la Franja de Gaza. El lunes 14 de octubre, la Cruz Roja libanesa informó de la muerte de al menos 18 personas en la región de Aitou, un área de mayoría cristiana en el norte del Líbano, tras un ataque aéreo por parte del Ejército israelí. Este ataque marca la primera vez que Aitou ha sido golpeada en el transcurso del último año de hostilidades entre Israel y las milicias de Hezbolá, lo que resalta la expansión del conflicto a nuevas zonas previamente no afectadas. Aitou, una pequeña localidad de mayoría cristiana, ha permanecido relativamente alejada de los combates que históricamente han sacudido el sur del Líbano, un bastión clave de Hezbolá. Sin embargo, la reciente ofensiva israelí demuestra que el conflicto se está extendiendo hacia nuevas fronteras. Este ataque ocurre en un momento de creciente tensión entre Israel y las milicias respaldadas por Irán, especialmente después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, instara a la evacuación inmediata de la Misión de Paz de la ONU de las zonas de combate en el sur del Líbano.
La región ha estado bajo la influencia de Hezbolá desde hace décadas, pero este ataque a una zona cristiana plantea interrogantes sobre los objetivos estratégicos de Israel, que podrían estar ampliándose más allá de los grupos armados musulmanes. La Cruz Roja libanesa ha movilizado recursos para atender a los heridos y recuperar cuerpos entre los escombros, mientras que el gobierno libanés condena este ataque, calificándolo de una escalada peligrosa en el conflicto regional.
Gaza: devastación humanitaria en curso
Simultáneamente, en la Franja de Gaza, la ofensiva militar israelí ha intensificado su curso, dejando un saldo catastrófico de víctimas. Según el último informe del ministerio de Sanidad del enclave palestino, desde el 07 de octubre de 2023, un total de 42.289 palestinos han perdido la vida y al menos 98.684 han resultado heridos. Estas cifras provienen de una ofensiva que comenzó tras un ataque coordinado por el grupo militante Hamás en territorio israelí, que resultó en la muerte de 1.200 israelíes y el secuestro de alrededor de 250 personas, según cifras del gobierno israelí.
Además, se informó de un ataque devastador la noche del domingo 13 de octubre en el hospital de Al-Aqsa, donde más de un millón de palestinos desplazados se refugiaban de los continuos bombardeos. El ataque dejó al menos cuatro muertos y causó un incendio en el hospital, que resultó en decenas de heridos, algunos de ellos con quemaduras graves. Este incidente resalta el nivel de violencia y las dificultades humanitarias que enfrentan los habitantes de Gaza, muchos de los cuales no tienen acceso a lugares seguros ni a asistencia médica adecuada debido a los constantes bombardeos y al bloqueo que sufren desde hace años.
En el ámbito internacional, las reacciones ante el conflicto no se han hecho esperar ante los sucesos de las últimas horas. España e Irlanda han liderado un llamado dentro de la Unión Europea (UE) para suspender el acuerdo de libre comercio con Israel. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, instó a los países de la UE a considerar la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel, argumentando que las acciones de Israel en Gaza y Líbano podrían estar violando las cláusulas de derechos humanos incluidas en dicho tratado. Esta petición pone de relieve las crecientes tensiones entre Israel y Europa, con algunos países presionando por medidas más severas ante lo que consideran violaciones al derecho internacional humanitario.
En medio de este entorno de violencia y caos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha iniciado la segunda fase de su campaña de vacunación contra la poliomielitis en la Franja de Gaza. La campaña se reactivó luego de que en agosto de 2023 se detectara el primer caso de poliovirus tipo 2 en 25 años, que dejó a un bebé parcialmente paralizado. La OMS ha expresado su preocupación por las dificultades logísticas para llevar a cabo estas campañas de vacunación en un territorio devastado por la guerra, donde los servicios de salud ya están colapsados.
La campaña de vacunación es crucial en un contexto donde la infraestructura médica de Gaza está al borde del colapso. Los constantes bombardeos han destruido hospitales y clínicas, y la falta de acceso a suministros médicos adecuados pone en riesgo no solo a los enfermos actuales, sino también a futuras generaciones. La presencia de enfermedades prevenibles como la polio destaca la urgencia de una solución diplomática que permita el acceso de ayuda humanitaria y médica al territorio.